lunes, 19 de abril de 2010

La Kantuta, banquetes para el paladar exigente


Dirección: calle Potosí, esquina Genaro Sanjinés, segundo piso del Hotel Presidente (Centro). Teléfono: 2406666. Abre todos los días de 8.00 a 23.00.

El restaurante cafetería La Kantuta se abre en el segundo piso del Hotel Presidente, con sus mesas cuidadosamente decoradas, en un ambiente amplio y acogedor. Ofrece comidas nacional e internacional, platos a la carta y un desayuno buffet de 35 bolivianos, muy completo, con excelente repostería.

El almuerzo buffet es la estrella de este acogedor lugar (en realidad La Kantuta, la flor de la que toma el nombre), sin duda uno de los más completos y con mejor atención de la ciudad, y si bien el precio es un poco alto (65 bolivianos), bien lo vale. Pasemos a la mesa:

Para las ensaladas hay de todo y en todos los colores: vainitas verdes, lechugas varias, maíz amarillo, betarraga morada, tomates de rojo vibrante, zanahorias naranjas. Los aderezos están bien presentados y hay desde llajua, pasando por las vinagretas hasta mayonesas caseras con cebollín picado. Las sopas son sabrosas y se ofrecen dos por lo general, maní o minestrone, chairo o sopa de cabellos de ángel, una nacional y otra internacional, o sea, para todos los gustos.

Los segundos son finísimos: mariscos, pechuga de pato rellena, carnes en salsa de pimienta, pollo bien aderezado, pescado; comer un poco de todo recuerda a los platos que se sirven en las fiestas de matrimonio: no importa mezclar sabores opuestos, lo que interesa es la variedad.

Y los postres (cabe señalar que las bebidas y los mates se cobrarán aparte) son por lo menos de cinco tipos: pie de maracuyá, mousse de naranja, torta de chocolate, torta de vainilla, flanes y budines… todos en su justo sabor, invitan a servirse más de una porción.

En resumen, un banquete, algo que no es para todos los días, pero que podría ser visto como la oportunidad para celebrar algo importante: un buen contrato o un cumpleaños pequeño, o lo que se le ocurra a uno. Celebrar la vida ante una buena —y surtida— mesa.

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