jueves, 12 de abril de 2012

Huevos cocidos a pedir de boca

Quien no suele cocinar pero se ha metido en esas lides alguna vez, con la idea de prepararse “al menos” un huevo cocido, ha debido descubrir que la tarea no es tan sencilla; no, si se pretende que tal huevo esté en el punto exacto del gusto. Con ayuda del especialista Adán Vásquez vamos a intentar dar las pautas para tener éxito en tales incursiones.

- Lo primero es tener a la mano lo esencial para el operativo: huevos, cacerola, agua, contador de minutos (reloj o un temporizador egg timer).

- Revisar que el huevo esté íntegro, sin fisuras para evitar derrames y mala cocción.

- Ponerse de acuerdo con uno mismo: me gusta un huevo casi crudo (2 minutos), quiero vaciar clara y yema semilíquidos en una copa (3 a 4 minutos), deseo un huevo para cortar en rodajas (5 a 7 minutos), quiero un huevo que se desmenuce (8 a 10 minutos). Hay que probar en qué minuto exacto de cocción es que uno se siente satisfecho.

- Poner agua fría en una cacerola y colocar el huevo en ella. El agua debe cubrirlo cinco centímetros por encima.

- Llevar todo al fuego más bien fuerte que débil.

- Apenas arranque a hervir el agua, reducir a fuego mediano y estar atento al reloj.

- Es mejor comerlo de inmediato, para evitar salmonellas a las que el huevo es muy susceptible.

La awicha

Padrenuestros

“Eso de estar pendiente de un reloj es una pérdida de tiempo. No hay nada mejor que un buen Padrenuestro, rezado en ritmo pausado, para saber cuándo está listo el huevo: seis rezos y quedará ligeramente pasado o tibio; de nueve a 12, término inglés (copa) para chuparse los dedos, y de 15 a 21 rezos, duro como para papas a la huancaína. De 24 a 36 rezos, con la bendición de Dios, como una pasta untable.

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