jueves, 12 de abril de 2012

La dieta contra la ansiedad

La dieta tiene mucho que hacer
Revista Consumer

La necesidad de tomar “caprichos” a todas horas, la sensación de hambre o de comer de manera continuada, comidas del día pueden esconder un desorden emocional materializado en estrés, ansiedad y altibajos emocionales. así como la ingesta de grandes cantidades en las comidas o levantarse de la cama a media noche para picotear, son algunos de los síntomas que revelan una situación de desorden emocional.

Un caos que al mismo tiempo se materializa con la tendencia al picoteo continuo y a la apetencia en la mayoría de los casos por dulces o alimentos muy azucarados. Como consecuencia de estos hábitos, muchas personas experimentan hipoglucemias o bajadas pronunciadas de azúcar, un desequilibrio en la gestión de los azúcares que puede ser el origen y la causa de síntomas tan variados como los continuos dolores de cabeza, un apetito voraz en distintos momentos del día, crisis de ansiedad, altibajos emocionales, estados de irritabilidad, cansancio o incluso agotamiento físico y mental.

Por eso, establecer un orden en las comidas y en los horarios, respetarlos, ajustarse a unas cantidades saludables de alimentos y ser selectivo tanto en el tipo de alimentos como en su forma de cocinado, son herramientas queayudan a controlar y combatir desde la alimentación el estrés y la ansiedad.

Hambre.

Tipo de percepción

La preocupación excesiva que sienten muchas personas por su peso corporal contribuye a distorsionar la propia percepción del hambre y de la saciedad, y lleva a caer en la tentación de comer de una forma compulsiva y desordenada. Ser mujer y padecer sobrepeso u obesidad, junto a una historia vital de importantes fluctuaciones en el peso, son factores de riesgo que favorecen el desequilibrio emocional, las crisis de ansiedad, una personalidad marcada por altibajos emocionales e incluso episodios depresivos.

El seguimiento de dietas de adelgazamiento, muchas de ellas restrictivas, sin fundamento y sin el pertinente asesoramiento dietético, es el trampolín hacia estados anímicos negativos, y a comportamientos compulsivos como los atracones, que encierran un círculo vicioso de ansiedad y necesidad imperiosa de comer más, de comer dulce e incluso en obsesión por la comida. Por eso, conocer las propiedades de los alimentos es bueno para combatir los estados de ansiedad.

Alimentos.

Armonizadores

1. Avena, en grano o en copos. La avenina, un componente de la avena, tonifica y equilibra los nervios. Una receta idónea para este fin es la crema elaborada con copos de avena cocidos en agua hasta conseguir la textura deseada.

La avena como cereal también puede incorporarse a la dieta, una vez cocida, en forma de espesante para sopas y cremas.

2. Pan multicereal o con frutos secos. Una propuesta para los desayunos, en sustitución de los típicos alimentos ricos en azúcares simples como galletas, bizcochos o panes de molde. El objetivo es comenzar el día comiendo alimentos que reporten energía duradera, para no tener hipoglucemias acusadas a las pocas horas de haber desayunado.

3. Un puñado de frutos secos. Son alimentos ricos en triptófano, al igual que el plátano, la soja y los huevos. El aminoácido triptófano, componente de las proteínas, se transforma en serotonina, neurotransmisor cerebral relacionado con el buen ánimo y el control del apetito.

Variedad.

Frutas y arroz

Alimentos que son buenos para templar los nervios

4. Frutas desecadas, dulces pero sin azúcar. Las uvas pasas, las ciruelas secas, los higos, los orejones, por su sabor dulce natural reducen la sensación de necesitar terminar la comida con un postre dulce, por lo general, demasiado azucarado. Al ser su sabor dulce tan concentrado, con un puñado se alcanza el umbral de saciedad y de gusto dulce.

Además, proporcionan en pequeño volumen un apreciable aporte de nutrientes reguladores (vitaminas, fibra, minerales, etcétera).

5. Arroz integral. De todos los cereales es el más completo en cuestión de nutrientes. Y en comparación con el arroz blanco, merece destacar la diferencia nutritiva, incluidos los nutrientes reguladores de la nutrición cerebral como carbohidratos complejos, magnesio (cuatro veces más que el arroz blanco), fósforo (el triple), vitamina B1 (seis veces más) y vitamina B6 (el doble).

Consejos.

No energizantes

No todos son buenos alimentos para calmar los nervios. Bebidas ansiolíticas.

Tomar café o té es contraproducente si se tiene ansiedad. Hay plantas que proporcionan al organismo la sensación de relajación buscada por su efecto ansiolítico.

Por eso, resulta efectivo combinar pasiflora y amapola, o melisa y lúpulo.

La ansiedad y el estrés se domina mejor si se pone orden en la vida; dormir suficiente, hacer ejercicio, disponer de momentos de ocio, y comer a tiempo y con tiempo.

Comer de forma repartida, cada cuatro horas permite detectar con naturalidad la verdadera sensación de hambre. Conviene comer despacio y masticar mucho, para saborear más los alimentos.

De esta forma la sensación de estómago lleno y de saciedad llega al cerebro, y éste da la orden de dejar de comer a tiempo. Es importante que aprenda a manejar su ansiedad.

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