jueves, 7 de junio de 2012

Expertos añejan vino en el mar con resultados sorprendentes

¿Un vino añejado en el mar es realmente mejor? Para eliminar cualquier duda, el responsable de un gran vino de Burdeos y dos amigos -un tonelero y un criador de ostras- decidieron realizar una experiencia enológica particular.

“Es sobre todo una historia de amigos, estuvo mucho tiempo en la cabeza de uno de ellos y la retomaron los otros”, explicó Bruno Lemoine, director general y enólogo del Chateau Larrivet Haut-Brion, en el sudeste de Francia, durante la presentación de los resultados “sorprendentes” de la experiencia.

Lemoine comentó: “Yo había escuchado viejas historias sobre añejamiento en el mar” con respecto a vinos de Bandol o de Burdeos enviados a India en el siglo XVIII por el productor Louis-Gaspar d’Estournel, cuyas botellas no vendidas retornaban a Francia mejores de lo que habían partido.

“Eso siempre me llamó la atención y en 2009 tuvimos una cosecha excepcional, rica en taninos, y entonces me dije que era necesario hacer alguna cosa con eso”, recordó. Lemoine pidió a su amigo Pierre-Guillaune Chiberry, de la tonelería Radoux, la construcción de dos pequeñas barricas de 56 litros para prolongar el envejecimiento de su vino tinto durante seis meses suplementarios.

Un tonel sería conservado de manera clásica en un sótano y el otro sumergido en un prestigioso parque de ostras próximo de Arcachon, el Parque de la Emperatriz. Chiberry convocó a sus tres mejores artesanos para la construcción de los dos toneles, montados a mano y simultáneamente para darles características idénticas y así mantener los parámetros de la experiencia.

Un tonel fue bautizado “Tellus”, una diosa romana de la Tierra, y fue acomodado en un sótano; el segundo fue bautizado como “Neptuno”, el dios del mar.

Los análisis de laboratorio confirmaron que hubo intercambios “por ósmosis” entre el vino del tonel y el mar . En seis meses, el vino de “Neptuno” perdió alcohol y aumentó su tenor de sodio, el origen de su sabor ligeramente salino que “afina el tanino”. “Antiguamente, los romanos ponían un poco de agua salada en el vino, y sabemos que la sal es un potenciador del gusto”, dijo el experto Bernard Burtschy.

El experimento
Proceso Los dos toneles fueron retirados del mar para que el vino pudiera ser embotellado, catado por los expertos y analizados en laboratorios vinícolas.


Cata“Tellus”, que siguió su proceso de maduración en el sótano, decepcionó en alguna forma, pero “Neptuno” reservó buenas sorpresas. “Cuando uno lo prueba es mucho mejor de lo que debería ser”, comentó un experto.

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