viernes, 24 de agosto de 2012

Los vinos y las frutas son una combinación perfecta

Cuando se describe un vino, al hablar de las sensaciones que deja en la nariz, muy raro será que no salga el concepto “frutal”; el vino, en efecto, procede de la uva, y puede encerrar en sí mismo muy variados aromas de otras frutas: manzanas ácidas, duraznos, frutas rojas, cítricos, frutas del bosque, etcétera.

Era inevitable que, en cualquier tiempo, a alguien se le ocurriese forzar esas sensaciones frutales, potenciarlas, y el sistema más sencillo era, desde luego, añadir esas frutas al vino, haciéndolas macerar en él o añadiéndole su jugo, o un derivado.

Lo más fácil es, desde luego, mezclar en las proporciones que cada cual prefiera un vino, blanco o tinto, y un refresco de limón; es un derivado del vino tinto con sifón (agua carbonatada) o del “spritzel”, que no es más que vino blanco con agua con gas, y recuerda aquellos “blancos con Vichy” que tomaba el hábil comisario Maigret mientras investigaba sus intrincados casos.

La clásica sangría

La sangría es la versión española. Sencilla: vino tinto, agua gaseosa, jugo de limón o naranja, azúcar y trocitos de frutas: naranja, piña, duraznos, fresas... lo que a cada uno le guste. Bien fría, pero añadiendo el hielo sólo al final, para no aguarla demasiado.

Hay versiones de sangría que sustituyen las burbujas de un agua con gas por las de un vino espumoso: ni qué decir, tiene que están mucho mejor. Y si maceramos en la mezcla, un par de horas, unas cuantas frambuesas, el resultado es maravilloso.

No frambuesas, sino grosellas negras, el llamado “cassis”, es lo que usan los franceses en su mezcla más clásica: el “kir”.

Su nombre, cuenta el experto Alexis Lichine, procede del canónigo Felix Kir, dirigente de la Resistencia y después alcalde de Dijon. El “kir” básico es sencillísimo: se echan en una copa flauta un par de centilitros de crema de cassis y se llena con vino blanco, que si es de Borgoña será, normalmente, muy bueno.

Más enjundia tiene el llamado “kir royal”, en el que en lugar de con vino blanco se mezcla la crema de cassis con champán. El resultado es, simplemente, una combinación de extravagancia, calidad y sorpresa.

Vinos y fruta
Italia Los italianos han sido capaces de añadir a un vino un compuesto de hierbas y colocar su vermut por todo el planeta; también tienen su versión, el “bellini”, creación de Giuseppe Cipriani, fundador y copropietario del famoso y visitado Harry’s Bar de Venecia.


Francia Es muy frecuente combinar el espumoso champán con frutillas e incluso grosellas moradas.

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