martes, 16 de julio de 2013

Una pequeña ciudad brasileña concentra la cocina mundial

Uno de los polos gastronómicos de Brasil es una pequeña ciudad de 30.000 habitantes en la costa de Río de Janeiro llamada Armação dos Búzios, donde la llegada de chefs extranjeros ha producido una “Babel de la comida”.

Un italiano de Pisa que arribó a Búzios, como se conoce comúnmente a la ciudad, se encontró allí a otros dos compatriotas y abrió una trattoria auténtica con ingredientes típicos de su país.

Una chef de la República Checa trajo la gastronomía de Europa del Este a la localidad, donde convive con un restaurante con una auténtica parrillada con carnes importadas de Argentina.

Ésas son algunas de las ofertas de este balneario, que la actriz francesa Brigitte Bardot colocó en el mapa para muchos brasileños después de que en los años 60 se llevara a sus amigos a pasar unas vacaciones allí.

La francesa nunca regresó, pero se mantiene hoy como una leyenda en la ciudad, que le dedicó un busto y el paseo marítimo, la Orla Bardot.

Hoy Búzios es la ciudad más famosa del litoral de Río de Janeiro, en la región de los lagos, y un imán turístico donde convive la población local con extranjeros de todos los rincones del planeta, que se vieron seducidos por la simplicidad y encanto de lo que fue un pequeño pueblo de pescadores.

El ambiente cosmopolita se traduce también en una explosión culinaria. Un ejemplo de ello es el Festival Gastronómico de Búzios, que este mes celebró su duodécima edición.

Durante el evento los restaurantes locales montan puestos en las calles y en los centros gastronómicos de la ciudad para ofrecer degustaciones de sus platos a precios populares, incluida una buena selección de vinos y postres. “Búzios es una ciudad ecléctica, bulliciosa y globalizada.

El festival trae este espíritu y hace Búzios aún más elegante y encantador”, dijo el productor del evento, Gil Castelo Branco. (EFE)

Presencia local
Ofertas La ciudad también tiene platos y cocineros locales. Este año participaron 48 restaurantes.


Prensa Búzios es tan cosmopolita que el dueño del único periódico de la ciudad, el irreverente El pavo mojado, es un argentino, el carismático Marcelo Lartigue.




Para sentir la “Italia pura”
El lugar más concurrido de la ciudad es la trattoria y pizzería La Dolce Vita, localizada en la Rua das Pedras. “Llegué a Búzios hace 15 años para pasar algún tiempo, pero terminé quedándome”, dijo, con acento, por supuesto, el propietario del establecimiento, el italiano Alessandro Valenti.

“Aquí servimos Italia pura. Los ingredientes y los platos son típicos: pizzas, harinas, quesos, el vino”, explicó. Otro de los atractivos es el Baroque, uno de los restaurantes más sorprendentes de Búzios, que funciona en la propia casa de la chef checa Ivana y de su marido alemán Mike.

“Nuestros platos son típicos de Europa del Este, Alemania, Francia. Servimos, por ejemplo, el goulash húngaro, pato asado, salchicha alemana, armisch (codillo de cerdo ahumado con chucrut blanco o rojo). Como funcionamos dentro de la casa, nuestro servicio es personalizado y único”, dijo Ivana.

Como encanto adicional, el Baroque está decorado con muebles y relojes antiguos, producto de la afición coleccionista de Mike.

Búzios ofrece también la Barceloneta, el restaurante del chef brasileño Ricardo Dotta Vagner, que sirve una variedad de platos mediterráneos, desde tapas españolas hasta especialidades libanesas.

En la ciudad también coexisten la cocina francesa en Le Cigalon, la parrillada argentina de Don Juan y la cocina tailandesa de Sawasdee.

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