Al ser vegetariano se reduce el riesgo de ciertas enfermedades fatales del corazón, ciertos tipos de cáncer, ataques apopléjicos y diabetes, porque este tipo de dieta no contempla a la carne.
El gasto en alimentación es menor ya que por lo regular las frutas, vegetales, granos, legumbres y nueces cuestan menos que la carne. Por otro lado los alimentos de origen animal usan menos recursos naturales del medio ambiente.
El hecho de ser una persona vegetariana, no quiere decir que su alimentación es muy limitada; los vegetarianos en general gustan de una gran variedad de alimentos de origen vegetal y platillos de origen internacional y étnico.
En cuanto a dietas para adelgazar, las vegetarianas, son las menos agresivas y dañinas si se siguen en períodos cortos e incluso ayudan activamente a la desintoxicación.
No produce putrefacciones en el intestino, con lo que evita esa importantísima causa de infecciones y toxemia.
Es alimentación de fuerza y resistencia, por su abundancia en hidratos de carbono (combustible muscular).
Deja descanso suficiente a las vísceras, puesto que no las somete al exagerado trabajo de neutralización toxica, a que las obliga la ingestión de productos animales.
¿Cómo empezar?
En general tiene que existir un convencimiento profundo y concreto, dado por una toma de conciencia, relacionada con la vida misma.
Se puede empezar repentinamente o bien gradualmente, eso dependerá de cada individuo, se recomienda consultar con un médico que conozca el tema, él aconsejará la forma ideal, según la característica de cada cuerpo y mente.
Si bien uno puede empezar por diferentes motivos como por ejemplo: por problemas de salud, por amor a los animales, por cuestiones religiosas, por razones humanitarias, o simplemente por regresar a nuestra naturaleza, se verá que cuando el cambio se efectiviza, todas estas aparentes diferentes razones, se unifican y se complementan perfectamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario