En la cadena nacional de empanadas y tartas Las Chachas, entre las más requeridas están las empanadas de pollo, mixtas (con carne), charque, jamón y queso.
Pero, según la supervisora Isabel Pacheco, poco a poco los requerimientos eran mayores, los clientes pedían sabores nuevos y por eso llegaron la empanada tropical con jamón, queso y fruta, luego la de charque, lechón y dulce de leche. Finalmente por la temporada de Semana Santa salieron al mercado las empanadas fritas de choclo y espinaca que por la alta demanda que tenían se quedaron junto a la de strogonof (una salsa con pollo y champiñones) y ahora la de mariscos. Los aderezos son mayonesa, cebolla y picante.
Otras opciones más tradicionales se pueden encontrar en la calle Lanza. Ahí se encuentran las empanadas al horno “Wistupiku”; “Paula” y otras de queso y picantes.
Su precio es accesible para todo bolsillo y oscila entre los 2 y 8 bolivianos.
El objetivo es llegar a satisfacer todos los gustos que es de conocimiento general, en Cochabamba son muy exigentes.
50 años y la tradición sigue latente
Las empanadas tienen una tradición de más de 50 años en Cochabamba. Empezaron como empresas familiares que se diferenciaban por la calidad y el sabor de la masa, además de su relleno. Pueden ser fritas o al horno, lo importante es servirse calientes. Para hacer más agradable su sabor se combina con helados de leche o canela, un refresco o jugo, también están los aderezos.
El crecimiento y la industrialización
La preparación de la masa frita y el relleno de “Las Chachas” es parte de la receta de la familia que por muchos años trabajó las empanadas de manera artesanal pero en los últimos años lo hace industrialmente.
La tecnología ha permitido una atención adecuada a los clientes que hacen sus pedidos en grandes cantidades para eventos especiales e incluso, cuenta la supervisora Isabel Pacheco, llevan hasta el hospital a los enfermos.
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