Las pastas son un excelente alimento a incorporar en todos los planes de alimentación saludable y, en verano, sus propiedades las convierten en grandes aliadas. En primer lugar, cuidan nuestra figura sin descuidar la salud.
Para una dieta saludable es recomendable dividir las calorías de la siguiente manera: 50-60% de carbohidratos, 25-30% de grasas y 15-20% de proteínas. Una porción de pastas tiene sólo 260 kcal y en su composición encontramos almidones de bajo índice glucémico, que producen menores oscilaciones en la glucemia o azúcar en la sangre, lo cual es beneficioso para el control del peso.
Además de cuidar nuestra figura, las pastas nos aportan vitaminas, energía y proteínas con un bajo nivel de sodio. Ese aporte el cuerpo lo incorpora correctamente ya que al ofrecer una lenta digestión, el organismo puede obtener todos los beneficios nutricionales.
Más allá de su aporte nutricional, un plato de pastas se convierte en una excelente oportunidad para incorporar variedad de verduras, quesos magros, pescados y buenas grasas como el aceite de oliva. Y, según un estudio publicado en la revista Archives of Internal Medicine de la American Medical Association, consumir una dieta con niveles altos de carbohidratos y bajos en grasa, se asocia con menores niveles de ansiedad y depresión y tiene efectos beneficiosos sobre el bienestar psicológico, ayuda a las personas a sentirse más felices que aquellos con una alimentación con menos hidratos de carbono pero con más carnes y lácteos.
A todo esto, tenemos que sumarle dos factores claves para los tiempos que corren: practicidad y versatilidad. Las pastas tienen un costo accesible, se preparan en pocos minutos y son fáciles de almacenar.
A su vez, se prestan para los más variados platos. Si buscamos algo fresco y liviano para el mediodía podemos combinarlas con vegetales y armar una ensalada completa. En las variedades de platos calientes podemos preparar un wok con mostacholes, guisos con moños o macarrones y sopas con dedalitos o coditos para utilizar las pastas más pequeñas.
En pocas palabras, las pastas no engordan, son bajas en grasas y sodio, aportan proteínas, vitaminas y minerales; y son accesibles y versátiles. Sin dudas un alimento para tener en la alacena este verano y no privarnos de algo rico y sano.
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