sábado, 9 de junio de 2012

Los beneficios del consumo de pan integral

Desde tiempos bíblicos hasta el día de hoy, el pan ha sido uno de los alimentos principales del ser humano. No sin razón el pan y los carbohidratos se encuentran en la base de la pirámide nutricional y no existe un solo día ni ser humano que no consuma el pan diariamente. El progreso de la tecnología y equipos modernos para la elaboración del pan han hecho que las harinas se hayan refinado cada vez más, hasta tener el pan blanco que actualmente se consume desconociendo sus consecuencias.

El excesivo consumo de pan blanco, traerá como consecuencia un debilitamiento de la mucosa intestinal y consecuentemente una mala digestión debido a la falta de vitaminas que se eliminaron en el procesamiento de las harinas. Se recomienda siempre el consumo del pan integral, que es el verdadero pan que debemos consumir tal como se comía antiguamente.

La harina integral es aquella que se obtiene moliendo el grano entero incluido la corteza. Las harinas blancas no contienen la corteza del grano, perdiendo sus vitaminas, minerales y gran parte de sus albúminas del grano natural. El pan preparado con esta harina es un alimento incompleto. Los enfermos de diabetes deben abstenerse del pan blanco, pero si pueden consumir con moderación un pan integral preparado con harina integral y harina de soya.

Aparte de ello, el pan blanco por su blandura y alto contenido en miga, permite que el esfuerzo en la masticación sea mínimo. En cambio el pan integral obliga a que la masticación sea más duradera y enérgica fortaleciendo tanto los dientes como los músculos de la boca. Los hornos de panificación empeñadas en la elaboración de un buen pan integral, conocen la debida cantidad de sal que debe contener dicho pan.

Un componente del pan integral es el salvado, que es la parte de la harina integral que en la mayoría de los casos se destina para la alimentación de animales domésticos o en último caso se desecha. Debemos conocer que el salvado es altamente nutritivo, y contiene los principios vitales que faltan en las harinas blancas.

Una buena mezcla para la preparación de un buen pan integral es la mezcla de harinas de legumbres como las habas, arvejas, lentejas, soya, garbanzos o frijoles; entre las harinas de cereales están las de avena, quinua, salvado, trigo integral, linaza, acompañando con miel de caña, para que la coloración y sabor sea agradable. La práctica nos demuestra que tres cereales y tres legumbres bastan para la elaboración de un buen pan. (Ez. 4:9). El consumo del pan integral da como resultado un buen funcionamiento del aparato digestivo, evitando el estreñimiento. Posiblemente, al principio no tenga la costumbre de consumir alimentos integrales, sin embargo los intereses de la salud nos llevarán a cambiar de dieta y hábitos alimenticios.

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