Un ejemplo claro de ello son las empanadas colombianas, país donde se las puede encontrar elaboradas con masas de harina de trigo, de maíz blanco o amarillo y de yuca. De igual modo sus rellenos van cambiando de acuerdo al lugar.
La antropóloga colombiana Luz Marina Vélez realizó una investigación acerca de las empanadas de su país y determinó que, con mínimas variaciones de sus ingredientes, existen 200 tipos de empanadas. Muchas de esas recetas fueron traspasadas de generación en generación. Ese es el caso de Manuel Bermúdez, propietario del restaurante El Rincón Colombiano, que se encuentra en el cuarto anillo de la avenida Alemania.
Bermúdez cuenta que proviene de una familia vinculada a la gastronomía en el departamento del Valle del Cauca, región suroccidental del país cafetalero y es gracias a esa herencia que aprendió a preparar las empanadas que, de martes a domingo y desde las 8:00 hasta las 17:00, ofrece en su restaurante.
De un intenso y vistoso color amarillo, las ‘empanadas colombianas’, como son conocidas por los comensales que se acercan al restaurante, pueden ser acompañadas con un café, gaseosa o con cualquier tipo de jugos. Tampoco hay un horario fijo para comerlas.
Entre la gran variedad de empanadas que tiene Colombia, quizás la más popular fuera de ese país es las que tiene masa de harina de maíz y que son las que se pueden degustar en Santa Cruz de la Sierra.
La harina es hecha con maíz blanco (el mismo que se utiliza para hacer somó). “Se le agrega un poco de tomillo para darle el color amarillo”, explica el cocinero, aunque en Colombia también se las realiza con harina de maíz amarillo.
Luego de molido el maíz se prepara la masa con agua, aceite vegetal y sal. Un vez lista la masa se deja reposar por algunos minutos y luego se amasa hasta que la mezcla quede blanda. Para el relleno Bermúdez utiliza carne de peceto molida con papa casi hecha puré. Se les da la tradicional forma de medialuna y se fríen en abundante aceite caliente. No pasa más de tres minutos para que queden totalmente doradas. Con una espumadera se las saca y se las coloca sobre servilletas absorbentes. Su intenso color amarillo y su agradable aroma son la mejor invitación para probarlas. Lo cierto es que una vez se prueba una es difícil no continuar comiendo otras.
Cabe indicar que estas empanadas no vienen solas, ya que siempre se las acompaña con un ‘ají’ o picante, que está hecho de tomate, cebolla, cebolla verde, locoto y cilantro. También se acompaña con rodajas de limón.
Sin duda, una deliciosa y agradable propuesta gastronómica que nos acerca un poco más a la cultura colombiana.
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