2 pechugas de pollo sin hueso, cortadas en trozos del tamaño de un bocado
1 cucharada de maicena
2 cucharaditas de aceite de sésamo
4 cebollas verdes picadas
2 dientes de ajo picados
1 a 2 cucharaditas de jengibre rallado y fresco
1 cucharadita de hojuelas de pimienta roja (dependiendo del picante que desees)
3 cucharadas de vinagre de arroz sazonado
3 cucharadas de salsa de soya
1 a 2 cucharaditas de azúcar
½ taza de maní tostado
Arroz blanco lo necesario
Prepara el arroz (una taza por dos de agua hirviendo y sal a gusto). Pica el pollo, combina con la maicena en un tazón y mezcla bien hasta que los cubos estén cubiertos.
En un tazón aparte mezcla el vinagre, la salsa de soya y el azúcar. Reserva para más adelante.
Calienta una sartén grande con aceite de sésamo a fuego medio-alto. Agrega el pollo y fríelo de cinco a seis minutos hasta que quede bien cocido, retira de la sartén y reserva.
Saltea el ajo, el jengibre, el pimiento rojo y la cebolla verde (dejando unas pocas para decorar) en la sartén durante 30 segundos, revolviendo constantemente.
Añade después la mezcla de salsa de soya, vinagre y azúcar a la sartén junto con el pollo cocido y el maní.
Cubre el arroz con la salsa caliente y decora a gusto con el resto de las colas de cebollas verde picadas.
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