8 tomates medianos maduros, 1 cebolla
mediana picada, 1 cucharada de aceite de oliva, 2 dientes de ajo picados, 1 rama de apio picada,
1 cucharada de albahaca picada, 2 tazas de leche descremada, 1/2 cdita. de bicarbonato de sodio, sal y pimienta a gusto.
PREPARACIÓN
A En un tazón grande con agua hervida darle un hervor a los tomates por 10 a 15 segundos. Colarlos y dejarlos enfriar a una temperatura cómoda para quitarles la piel.
A Cortar los tomates a la mitad, quitarles sus semillas y cortarlos en pedazos
pequeños. En una cazuela, cocinar la cebolla en el aceite de oliva a fuego mediano por unos 4 minutos, moviendo frecuentemente.
A Añadir el ajo, cocinar por un minuto adicional y agregar los tomates picados y el apio. Cocinar a fuego mediano sin tapar la mezcla por unos 20 minutos. Pasar la mezcla por una batidora/licuadora hasta que se forme una crema uniforme.
A Regresar la mezcla a la cazuela y añadir leche y bicarbonato, mover con frecuencia. Calentar, pero sin hervir. Sazonar al gusto con sal y pimienta. Adornar con albahaca o cilantro.
EL APIO
• Como la mayoría de las verduras
contiene una gran cantidad de fibra, lo que provoca una mejora del tránsito digestivo
y evita la elevación del colesterol en la sangre. De la misma manera su bajo aporte calórico y su escaso contenido en
azúcares lo convierten en un alimento ideal para obesos y diabéticos. En el campo de la medicina naturista, las hojas y los frutos
del apio se consideran sustancias
estimulantes, antifebriles, carminativas y diuréticas.
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