Esta compañía ha destinado unos 300 mil dólares para combinar la tecnología que hace posible la impresión tridimensional con las técnicas utilizadas para el cultivo de tejidos en lo que será una impresora 3D capaz de imprimir carne comestible. El producto final, aseguran, será completamente digerible y aportará las mismas proteínas que la carne verdadera. ¿Será la alimentación del futuro?
Todos hemos visto (y deseado) las “impresoras 3D”, dispositivos capaces de crear objetos tridimensionales. Poseen un cabezal que va depositando un material plástico -capa por capa- hasta completar el objeto. Las impresoras tridimensionales ya se usan para crear implantes, piezas de bicicletas e incluso réplicas de armas de fuego.
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