sábado, 10 de noviembre de 2012

El Club del Café, los sabores del mundo en una taza

El agua caliente se vierte -con un movimiento circular y armónico- sobre los granos de café dispuestos sobre el filtro y un aroma agradable, conspicuo y sugerente invade el ambiente. Una nueva cita del Club del Café ha comenzado.

Poco después diferentes tipos de esta infusión producidos en distintos lugares del mundo se sirven en pequeños vasos de vidrio.

El Club del Café se creó hace dos meses en la cafetería Roaster Boutique, ubicada en San Miguel. Congrega cada 15 días a fanáticos y amantes de esta bebida para que prueben de cuatro a seis variedades, a cual más sabrosa y exótica.

El objetivo de este club, según Mauricio Diez de Medina, gerente de Roaster Boutique y uno de los productores del café Takesi, es que además de disfrutar de esta infusión, se aprenda más de ella.

Para que los amantes del café puedan apreciar diferentes sabores y texturas, el local se encarga de importar granos de diferentes países; y es que, como todo buen catador sabe, más allá de su gusto, todo buen café debe ser capaz de transmitir los matices y características propias de la región en que fue cultivado.

“La idea es crear una cultura del café y que la gente sepa apreciarlo y exigir a los productores nacionales un producto de excelente calidad. Ya se ha trabajado mucho en desarrollar la industria cafetera, ahora queremos compartir el producto con las personas”, explica.

Para cumplir este objetivo, en dicha cafetería también se imparten cursos de catación y cultura de café, además de barismo, disciplina que no sólo enseña a preparar bien el café, sino a seleccionarlo y presentarlo adecuadamente al consumidor, tomando en cuenta su temperatura y otras características.

Las variedades que se degustaron en la última cita fueron obtenidas a través del método chemex: preparado en una jarra con un el filtro más grueso para obtener un sabor más elegante. Los granos llegaron desde la finca La Clara, de Costa Rica; Jagong, de Sumatra; Picos del Uchumachi, de Bolivia, y Sidamo, de Etiopía.

Los favoritos

En todas las reuniones que ha organizado el Club del Café los sabores preferidos de los asistentes siempre han sido Picos del Uchumachi y Apolo del Madidi, cultivados en el país.

Al salir, los participantes opinan sobre la experiencia. “Para mí es gratificante probar diferentes cafés del mundo sin tener que viajar. Es una cultura muy nueva en nuestro medio que nos ayuda a apreciar más y mejor los sabores que producimos en Bolivia”, dice Silvia Cabezas.

“Para las personas que aman el café, como nosotros, es ideal la opción que se ha generado con el club y además poder apreciar la producción nacional. Una vez que se aprende a saborear los matices de lo que el país produce, la experiencia es invaluable”, opina Mauricio Luksic.

El perfil del café boliviano, por la altura en la que se produce, se caracteriza por una acidez cítrica en la que se perciben matices de mandarina, naranja y frutas maduras. Son muy herbales, ya que casi el 99% se produce en los Yungas, según coinciden los especialistas reunidos.

Pese a su alta calidad, Díez de Medina explica que la producción boliviana tiene como asignatura pendiente una mayor difusión a nivel nacional. Lo que ocurre es que Bolivia, al igual que otras naciones productoras, exporta sus mejores granos y sólo lo que queda, el descarte, es comercializado dentro del país.

“Uno de los objetivos del club es cambiar esta situación y que parte de la producción de alta calidad se quede para que más gente pueda apreciarla”, señala Díez de Medina.

Después de que los asistentes han probado las cuatro variedades, opinan sobre los sabores y cuál ha sido el que más ha disfrutado. Independientemente de su elección, casi siempre salen todos satisfechos. Además del sabor boliviano, algunos prefieren el carácter y la consistencia del café de Sumatra y otros la suavidad del costarricense.

Catación, arte y juego

Pero en estas jornadas quincenales también se baten récords y se premia al paladar más educado. El Club del Café incorpora en sus sesiones desafíos, como la “triangulación”.

El juego consiste en formar cuatro líneas, cada una conformada por tres vasos pequeños de café. En cada línea se disponen dos variedades iguales y una diferente.

La persona que determine cuál es la variedad diferente en el menor tiempo posible en cada cita del club es registrada.

Al final del mes se elige al ganador que se lleva un juego de termos y vasos exclusivos de la cafetería. De momento el récord de agosto es de un minuto, 51 segundos y 68 centésimas.

Así transcurren las veladas entre charlas, anécdotas, aprendizaje y, sobre todo, el deleite del intenso aroma del café, sea el que viajó miles de kilómetros o el que se produce en los Yungas.

Es por eso que, más allá de darle un gusto a su paladar, quienes acuden frecuentemente al Club del Café, saben dentro suyo que, sin viajes o gastos mayores, pueden de alguna manera reunir los mejores sabores y aromas del mundo en una taza de café.

La barista estadounidense Elizabeth Abel explica que su labor es realzar el sabor del café mediante la preparación. En ésta oportunidad preparó un latte, una bebida que sólo quiere sentir un toque del sabor del grano y más la dulzura de la leche. “El tiempo, la temperatura y la química tienen mucho que ver porque si no se mata el sabor del café”, dice. Primero se prepara un expreso y luego se añade la leche en el tiempo y la temperatura indicadas, se establece que la espuma tenga las burbujas adecuadas para luego decorar el producto final.

Datos y detalles del club
Cursos En octubre, Roaster Boutique abrirá una academia de barismo que contará con la presencia del Campeón Mundial de Barismo 2004, que dará una capacitación.


Carta Los cafés que se sirven el Roaster Boutique son tostados el mismo día en que se sirven. Entre ellos destacan el Illimani, Apolo del Madidi, Picos del Uchumachi o el Takesi, ganador de la Taza de Excelencia en 2009.

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