Hace unos 20 años, los polifenoles han sido una de las sustancias más investigadas por la ciencia, particularmente el resveratrol, porque se piensa que tiene propiedades antioxidantes y que protege al organismo de los daños que están vinculados a una serie de enfermedades, incluido el cáncer, la diabetes y las afecciones cardiovasculares.
Algunos estudios con animales han mostrado que el resveratrol ayuda a reducir la inflamación, la oxidación celular, el colesterol malo, la resistencia a la insulina, que puede conducir a diabetes, y que protege las neuronas.
Por eso se nos dice, por ejemplo, que beber vino tinto es beneficioso para el corazón y ayuda a prevenir infartos y otras enfermedades cardiovasculares.
Pero hasta ahora se han realizado muy pocos estudios sobre el impacto del compuesto en humanos y, por lo tanto, no han podido confirmarse sus beneficios ni tampoco cuáles son sus efectos a largo plazo.
RESULTADOS CONTRADICTORIOS
Un ensayo de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington, en St. Louis, Estados Unidos, no encontró beneficios en la reducción de marcadores de inflamación y metabólicos en mujeres postmenopáusicas que tomaron resveratrol.
Y otro estudio del Hospital Universitario de Aarhus en Dinamarca tampoco mostró que el resveratrol tuviera ningún cambio en esos mismos marcadores entre hombres obesos.
BENEFICIOS DEL VINO
¿Quiere decir esto que el mensaje de beber vino tinto para beneficiar a la salud, particularmente al corazón, está equivocado?
"De manera global, el mensaje es acertado", expresa el científico español Juan Carlos Espín.
"Existen numerosos estudios que avalan al vino tinto en sus beneficios en la salud cardiovascular", y estos beneficios -afirma- "no se deben exclusivamente al resveratrol, en absoluto, pues es minoritario respecto al resto de polifenoles en el vino".
"Que nadie piense que por beber vino tinto un mes, esto le va a suponer un salvavidas en su corazón".
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