En Carnaval se tiene la costumbre de consumir una deliciosa parrillada, el famoso puchero, las humintas, la pierna asada al horno o un riquisimo lechón cocinado también al horno entre otros. Además, acompañar cada plato con llajua (especie de salsa preparada con locoto, tomate, quilquiña y un toque de sal), tiene la particularidad de enriquecer hasta el plato más insípido. Para el cochabambino la llajua es como la cereza del helado.
Se acompañan estos platos con chicha, cerveza guarapo o garapiña: bebida similar a la chicha, pero mezclada con helado de canela, coco rallado y ocasionalmente con frutillas.
La Chicha bebida embriagante heredada de nuestros antepasados, elaborada a base de maíz. Sus orígenes se remontan a la época del incario. La chicha tradicionalmente ha sido considerada el “Néctar del Valle” asombrando por la manera tan singular como se elabora. Es de gran importancia en las ceremonias y celebraciones comunitarias.
El pUchero, por el nombre a este plato se le notan antepasados españoles. El puchero es un cocido con combinaciones de carnes y verduras, heredero de la tradición de la olla española. En Cochabamba el puchero se transforma del plato corriente con el que se lo conocía en un plato especial que sólo se comía una vez al año. Hoy lo encuentra prácticamente todos los días.
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