La investigación publicada en la revista “Plos one”, halló que las personas que consumían más grasas trans eran más propensas a mostrar conductas negativas como impaciencia, irritabilidad y agresividad.
El estudio tuvo una muestra representativa de 945 personas (entre hombres y mujeres). Ahí se analizó la incidencia de una dieta cargada de trans y luego una comida equilibrada y menos dañina.
“Se asociaron significativamente con una mayor agresividad, y predecían de forma más constante la agresividad y la irritabilidad, en todas las medidas evaluadas”, indicó la doctora Beatrice Golomb, profesora asociada del departamento de medicina de la UC en San Diego.
También se consideraron otros posibles factores contribuyentes, como los antecedentes de agresión, el uso de alcohol y el uso de tabaco de los participantes.
El estudio recomienda evitar el consumo excesivo de este tipo de alimentos y fundamentalmente prohibirlos en escuelas y prisiones.
Otros estudios
Esta no es la primera vez que se asocia de forma negativa el consumo de grasas tras con la salud. Existe una decena de estudios e investigaciones que indican sus efectos nocivos a la salud mental y el corazón.
Por ejemplo. En enero pasado, la Universidad de Oregon, reveló que consumir comida chatarra en exceso puede afectar el funcionamiento de nuestro sistema nervioso. Los resultados encontraron un fuerte vínculo entre los niveles altos de grasas trans y la reducción del volumen cerebral y de las capacidades cognitivas.
“Está claro que las grasas trans son perjudiciales tanto para el corazón y el cerebro. Así que yo recomendaría que la gente se mantenga alejado de ellas”, dijo el responsable de la prueba.
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