Arroz con leche.
No existe un solo día en que no consumamos pan, ya sea por la mañana o por la tarde. La fuente básica para la elaboración de panes son los cereales, constituyéndose en la base de la pirámide alimentaria, junto a las legumbres frescas y las verduras feculentas como: papas, camotes, zapallo y maíz, entre otras.
Para el reino animal, como las vacas, ovejas y aves, los cereales y las hierbas son la fuente primaria de alimentación, es decir, su alimentación no pasa por ningún otro procedimiento físico, químico o mecánico como ocurre con las pastas, enlatados o un sinnúmero de alimentos envasados.
Los granos enteros son la fuente natural más completa, porque poseen gran cantidad de nutrientes y fitoquímicos que ayudan a mantener la salud. La manipulación de los cereales, desde la eliminación de las capas que son ricos en vitaminas, resulta negativa, ya que reduce el valor nutritivo del producto. A los granos enteros se los denomina “cereales integrales”, tales como el arroz y trigo integrales.
Cuando se elimina la cáscara o el salvado, se está desperdiciando la vitamina B y el germen del grano rico en vitamina A, E y minerales. Muchos granos además de proteínas, aportan vitaminas B y hierro. Los mejores granos son aquellos que mantienen el poder germinativo.
Una buena forma de consumir cereales integrales es incorporando en nuestra dieta el “salvado de trigo”, la mejor forma es preparando panes integrales que a la vez se puede incluir harina de trigo, avena, sésamo, quinua, etc. Hoy en día existen en el mercado buenos panes integrales para el consumo diario.
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