1 taza quinua con cáscara
1 cebolla pelada y picada en cuadraditos
1 y 1/2 tazas de agua
2 huevos ligeramente batidos
1 taza de harina
1 taza de pan duro molido
1 quesillo fresco desmenuzado
Sal a gusto
Aceite lo necesario
PREPARACIÓN
En una sartén poner la quinua y llevar al fuego suave, tostar hasta que esté casi dorada. Poner la quinua tostada en el batán y pasar la piedra de batán por encima, de modo que resbale ligeramente (no moler), esto es para retirar la cáscara, repetir este procedimiento hasta que se aflojen las cáscaras. Poner en una fuente con agua la quinua y lavar frotando con las manos para retirar las cáscaras e impurezas, luego echar el agua inclinar la fuente un poco y mover el agua, esperar un rato para que las piedrecillas se acumulen en la superficie echar todo el agua con cuidado y sin mover.
Sacar la quinua a otra fuente de poco en poco para evitar impurezas, repetir este procedimiento 2 o 3 más, hasta que la quinua esté limpia.
Calentar la sartén con un chorro de aceite, freír la cebolla hasta que dore. Poner en una olla el agua, la cebolla, la quinua y la sal llevar al fuego, cuando empiece a secar el agua bajar a mínimo el fuego hasta que termine de cocer. Retirar del fuego, hacer enfriar, mezclar con el quesillo y formar las croquetas, una vez terminadas. Pasar por la harina cada croqueta, por el huevo y por el pan duro molido.
Poner el aceite en la sartén y llevar al fuego a calentar, freír las croquetas hasta dorar, escurrir sobre papel absorbente.
Un secreto
• La textura de las croquetas debe quedar lo suficientemente espesa como para poder trabajar con la masa, aunque hay que tener en cuenta que una vez realizada la bechamel con el resto de ingredientes, hay que dejar que la masa se enfríe por lo que espesará todavía más.
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