FUENTES DE ENERGÍA. "Los carbohidratos son sustancias nutritivas muy importantes que deben formar parte de la alimentación diaria de todas las personas, sin excepción", señala el nutricionista Miguel Rojas.
Al igual que las proteínas y las grasas, los carbohidratos aportan energía. Estos tres nutrientes participan de distinta forma en los múltiples procesos que se cumplen continuamente en cada una de las células de nuestro cuerpo, ante ello la OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda un consumo de 55-75% del total de nuestra energía proveniente de los carbohidratos.
LOS MALOS. A los carbohidratos simples también se los llama "malos". El azúcar, la miel, los chocolates, las galletas, las mermeladas, los caramelos, las papas, el arroz, el pan blanco, las harinas refinadas y la maicena están compuestos por una o dos moléculas, por eso se llaman simples. Su consumo debe ser moderado, porque proveen energía instantánea, pero su absorción es rápida y puede sobrecargar el trabajo del páncreas.
Este órgano produce una hormona llamada insulina, cuya función es ayudar al azúcar e introducirse en las células del cuerpo mediante un mecanismo equilibrado.
El problema se produce cuando el consumo de azúcar se eleva, se aumentan los niveles de insulina en la sangre y el metabolismo se vuelve resistente a los efectos de esta hormona y necesita cada vez más, trayendo como consecuencia enfermedades como la obesidad o la diabetes.
EXISTEN LOS BUENOS. El nutricionista expresa que no todos los carbohidratos son malos, ya que existe el grupo de los complejos, que son cadenas más largas de moléculas. Su absorción es más lenta y le brindan al organismo glucosa en pequeñas dosis, por eso su carácter es beneficioso.
A este grupo pertenecen las legumbres, frutas, las verduras, los cereales y los granos integrales. Las verduras y frutas son buenas, pues aportan fibronutrientes, que son químicos que ayudan a quemar grasas y morigerar el envejecimiento.
LO MÁS ACONSEJABLE. Comienza el día con frutas y cereales enteros. Puede ser un bol de avena al que le podrías agregar germen de trigo y frutas, tanto frescas como frutas secas. Utiliza pan integral para el almuerzo, desayuno, cena y las meriendas. También prueba la pasta y el arroz integral en tus comidas.
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