Masa
• 1 ½ tz. de harina
• 100 grs. de margarina fría
• 1 c. de sal
• ½ tz. de agua fría (aproximadamente)
Relleno:
• 1 cebolla blanca grande o 2 medianas picadas finamente
• 50 grs. de margarina
• 1 tz. de queso Gruyére cortado en dados
• ½ tz de queso fresco cortado en dados
• 100 grs. de queso parmesano rallado
• Sal, pimienta y nuez moscada a gusto
• 2 claras batidas a punto nieve
• 120 grs. de queso crema
Cocina práctica para el fin de semana
PREPARACIÓN
Sobre la mesa, colocar la harina, la sal y la margarina cortada en dados. Deshacer la margarina con 2 cuchillos o un tenedor hasta que tenga la apariencia de arena gruesa. Incorporar el agua poco a poco hasta formar una masa que se desprenda de las manos sin trabajar mucho. Estirar la masa bien fina con un rodillo sobre tabla enharinada y forrar un molde para tartas de 21 cm. de diámetro, enmantecado y enharinado. Para el relleno, rehogar la cebolla picada en la margarina caliente hasta que esté
transparente, cubrir con la cebolla el fondo de la tarta. Sobre esto, distribuir el queso Gruyére y el fresco. Mezclar el queso crema con las claras batidas y la mitad del queso rallado. Sazonar con sal, pimienta y nuez moscada, verter en la tarta y espolvorear con el resto del queso rallado. Llevar a horno precalentado a 375ºF (160ºC) hasta que la masa esté cocida y dorada encima. Servir tibio como plato único acompañado de una ensalada fresca, o bien caliente para la hora del té.
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