miércoles, 17 de agosto de 2011

Los Choricitos de doña Elsa forman parte de la tradición culinaria tarijeña

Por las mañanas, al ingresar al Mercado Central, un aroma muy especial inunda los sentidos, es el olor tan peculiar de la comida tarijeña. Sin embargo, hay uno muy característico que destaca de entre los demás: el de los choricitos de doña Elsa.

Cuando nos sentamos para saborearlo, su agradable aroma nos envuelve, la presentación de los tres chorizos encima de cuatro trozos de pan, cubiertos por el jugo de los mismos, ya invade de una grata sensación a los ojos. Poco después llega la ensalada, como el complemento ideal. Aún mejor si usted acompaña este alimento con un refresco de linaza.

EL INICIO

Doña Elsa Ortega Sánchez, la hacedora de este manjar, comenzó a trabajar a sus 26 años, primero carneando chanchos y vendiendo carne. Y luego pasó al negocio de los chorizos, una vez que la tía de su marido, que es de Sucre, le enseñó a prepararlos.

Los chorizos siempre los ha vendido en el Mercado Central, y de eso ya hace 50 años, cuando empezó, en 1961. “En esos años no era así el mercado, era diferente, en los últimos años cuando estaba de alcalde Joaquín Rejas, se hizo el tinglado, puesto que antes todo era a la intemperie y sólo teníamos algunas carpas para cobijarnos de la lluvia”.

Cuando uno le menciona que sus chorizos son famosos, con una sonrisa afirma que tiene muchos clientes debido a que prepara los chorizos con cariño y cuidado. Y es cierto, en su puesto, dentro del mercado, las mesas siempre están llenas de comensales que se acercan para degustar el alimento, así tengan que escapar del trabajo por unos quince minutos. Por ello es que debe atender desde las siete de la mañana hasta la una de la tarde.

Para atender la demanda del público, debe preparar de 100 a 150 kilos de chorizo, que son vendidos en dos días, aproximadamente.

Doña Elsa comenta que ella fue la primera en vender chorizos dentro del Mercado Central, luego la acompañó la señora Alcira, su comadre, que ya pasó a mejor vida. También lamenta que muchas de sus contemporáneas cocineras ya han fallecido.

Ahora existen muchos negocios que han tratado de copiar a doña Elsa, pero no ofrecen la misma calidad y sabor, éste “es secreto profesional” que “nunca va a revelar”. Es tanto el requerimiento de la gente de los chorizos, que doña Elsa tuvo que abrir un nuevo local en su casa, por la calle Colón, llamado: “Chorizos doña Elsa”. En este local atiende los viernes, sábado y domingo.

Gracias a la fama de los chorizos, también los debe enviar a otras ciudades, sobre todo a Santa Cruz y La Paz, pues de esas ciudades recibe muchos pedidos.

Doña Elsa tiene cinco hijos, todos ya casados, pero son sus hijas quienes la apoyan y también aprendieron el oficio. Es tanto el apoyo familiar que inclusive su nuera, la señora Daisy Espíndola, también colabora en la atención a los clientes. Su hija política afirma que todavía no ha recibido reconocimiento de las autoridades, siendo que otras colegas ya han sido homenajeadas.

Doña Elsa asegura que no ha sido difícil desarrollar el trabajo que hace. “Con el favor de Dios, toda la vida he tenido clientela, no me ha parecido nada difícil porque siempre me ha ido bien en el negocio”. Afirma que lo más lindo de estar en el negocio de la venta de chorizos es haber conocido a mucha gente que la quiere.

También ha recibido a personajes de la política como el jefe nacional de Unidad Nacional (UN), Samuel Doria Medina, y el ex presidente Carlos Mesa Gisbert. Además, también el burgomaestre actual, Óscar Montes y su familia, fueron a degustar de los choricitos.

losDATOS

-Doña Elsa dice que no le es difícil vender los chorizos, pues tiene muchos clientes

-Ninguna autoridad ha reconocido la labor de esta mujer que cumplió 50 años de servicio

laCIFRA

75 kilos

Es la cantidad de chorizos que doña Elsa debe preparar a diario para lograr satisfacer la demanda de los comensales

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