sábado, 10 de septiembre de 2011

El café: aromas y sabores que son un gusto aparte

¿No gusta pasar a tomar una tacita de café? Decía Doña Florinda. Y es que desde su descubrimiento y posterior industrialización, el café fue uno de los ingredientes infaltables en la buena mesa. Sus variantes —según la región geográfica— y el intenso sabor que posee hacen de sus granos un tesoro universal.
Las mil y una historias. De acuerdo con algunos documentos, el cultivo y la costumbre de tomar café tuvieron su nacimiento en Arabia.
Una tesis apunta a que Abu-Bek, hombre humilde originario de La Meca, escribió El éxito del café, en el siglo XV, que más tarde, en 1699, fue traducido al francés por Antoine de Gailland, quien también tradujo la obra Las mil y una noches.
La más popular de las leyendas sobre el descubrimiento del café hace referencia a un pastor llamado Kaldi. La leyenda cuenta que Kaldi se dio cuenta de que las cabras de su rebaño actuaban extrañamente luego de haber comido las hojas y frutos de un arbusto. Acto seguido, los animales comenzaron a brincar por doquier llenos de energía. Entonces, el pastor pensó que su ganado había comido unas frutas parecidas a la cereza. El hombre probó las hojas del arbusto y un momento después experimentó la misma sensación que sus cabras, según publica el portal de internet mundodelcafe.com.
Kaldi recogió algunos frutos y ramas de ese arbusto y las llevó a un monasterio. El campesino contó al Abad lo acontecido con sus cabras y de cómo se sintió después de haber probado las hojas. El sacerdote cocinó las ramas y los frutos. El resultado fue una bebida amarga que echaron al fuego. Cuando las supuestas cerezas cayeron en las brasas y comenzaron a tostarse, las semillas verdes que estaban contenidas en su interior produjeron un aroma fuerte que el Abad destinó para preparar una bebida basada en el café tostado, dando origen a la infusión tal cual ahora la conocemos.
LA VUELTA AL MUNDO EN UNA TAZA DE CAFÉ. Por otro lado, se deduce que el café es originario de Etiopía, África, y que más tarde, los holandeses potenciaron su cultivo y explotación en sus colonias de Indonesia y Ceilán. Al mismo tiempo, lo domesticaron y aclimataron en los jardines europeos de París, Londres y Amsterdam, hasta su traslado e incursión en Guyana, Brasil y América Central.
Sin duda, existen numerosas calidades y presentaciones de este producto. Entre las más famosas están el café colombiano, conocido por su alta pureza, textura suave y sabor característico. Asimismo, Brasil es el mayor productor de café en el mundo.
Pero este grano no está destinado únicamente a su consumo como bebida caliente, también es usado para la producción de licores, repostería, cocina gourmet y como remedio casero contra males respiratorios, digestivos, depresivos y hasta de la obesidad, como regulador del apetito. Han sido numerosas las advertencias de los daños ocasionados por el café, pero, según un artículo de esmas.com., el consumo de cafeína (sustancia derivada del café) conlleva una mejora de la memoria y de la percepción.
También es inocuo para las mujeres gestantes, previene la formación de cálculos y disminuye el riesgo de contraer cáncer. Así que nada más conveniente que aceptar la tacita de café de Doña Florinda…

1 taza de café ayuda a aliviar el dolor de cabeza, puesto que es un vasodilatador natural.

85-95 por ciento menos de cafeína contiene el descafeinado, sin los mismos beneficios del regular.

Un poco de sabor y otro poco de misticismo. Una práctica común por parte de esoteristas, videntes y astrólogos es la lectura del pasado, presente y futuro en la borra del café.
Un ritual de miles de años. Se atribuye que la lectura del café tiene origen en el Medio Oriente. La práctica de esa costumbre fue popular a través del tiempo y siguió ciertas pautas, por ejemplo, debe hacerse con café molido impalpable, azúcar y agua fría.
Debe ser bebido pausadamente, y una vez terminado, debe voltearse hacia afuera para que la borra descienda y así darle una interpretación.



Existe un sinfín de recetas a base de café. En esta ocasión le presentamos una propuesta interesante que lo sorprenderá.

Lomitos en salsa de café
Esta receta de origen colombiano revela las exquisitas propiedades del café que pueden ser saboreadas de otras formas que no siempre son dulces.
Atrévase a cocinar algo diferente y no se arrepentirá…

Ingredientes

0,5 litros de vino tinto
Una taza de café espresso
Una taza de crema de leche
400 cm cúbicos de
caldo de carne
Una cucharada de salsa soya
sal y pimienta al gusto
Cuatro medallones de lomo
vegetales al vapor o papas horneadas para acompañar
Preparación
Colocar el vino tinto, el café espresso y la crema en una cacerola.
Llevar al fuego y luego de cinco minutos, agregar el caldo de carne, la salsa soya, sal y pimienta.
Cocinar dos minutos y dejar reposar.
Asar los medallones de lomo a la plancha, dando vueltas, hasta obtener el punto deseado.
Distribuirlos en los platos, rociar con la salsa de café y acompañar con vegetales al vapor o papas horneadas con perejil.
Café Stradivarius y café mozart
Ingredientes
Dos pocillos de café caliente
Un chorrito de licor Amadeus (un licor de naranjas y almendras o uno de naranjas)
Una cucharadita de azúcar negra
Una cucharadita de miel
Un chorrito de licor Mozart (licor de crema al chocolate o similar)
Dos copos de crema de leche batida
Una cucharada de almendras fileteadas
Preparación
Para el Stradivarius: mezclar un pocillo de café caliente con un chorrito de licor Amadeus y una cucharada o copo de crema batida. Verter en un vaso, rociar con miel y espolvorear con azúcar negra. Para el Mozart: mezclar un pocillo de café caliente con el licor Mozart y el resto de crema batida. Verter en un vaso y decorar con las almendras.


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