Si bien los ácidos grasos Omega 3 deberían formar parte de la dieta de toda la población, se recomienda el consumo a mujeres embarazadas y que dan de lactar, según la nutricionista clínica Mónica Barreda Luján.
Se trata de nutrientes esenciales para el hombre, puesto que nuestro organismo no los puede fabricar a partir de otras sustancias. “Estos permiten la formación de membranas celulares, hormonas, el correcto funcionamiento del sistema inmunológico, la adecuada formación de la retina y el funcionamiento de las neuronas y transmisiones químicas neurológicas”, informa.
El Omega 3 se encuentra en alta proporción en la leche materna, en los tejidos de ciertos pescados (como el salmón, la sardina, el atún y la trucha, entre otros), y en algunas fuentes vegetales como las semillas de lino, la soya, la semilla de chía y las nueces. “Algunas fuentes de Omega 3 pueden tener además otros tipos de ácidos grasos, como los Omega 6”, asegura la especialista.
Según Barreda, el efecto en el estado de salud más llamativo y claramente demostrado es la disminución de los niveles de triglicéridos y VLDL (lipoproteínas de muy baja densidad) en todo tipo de sujetos, además de la modificación del perfil lipídico.
El consumo de ácidos grasos Omega 3 tiene efectos vasodilatadores, los cuales protegen de la trombosis y de las enfermedades cardiovasculares. “Se ha comprobado también que este tipo de grasas contribuye a regular la presión arterial aumentando la elasticidad de las arterias, contrarresta los procesos inflamatorios presentes en las artritis reumatoides y otras”, explica la especialista.
Los ácidos grasos Omega 6 también son una grasa poliinsaturada, esencial para la salud, y que el cuerpo humano no puede producir. Por esa razón, deben incorporarse en el organismo a través de los alimentos, tales como el aceite de girasol, maíz, soya, cacahuate y sésamo entre otros. También en las carnes rojas y de aves, huevos, frutas secas, la leche materna, las grosellas y la semilla de algodón.
Los ácidos grasos Omega 9 son un tipo de ácido graso monoinsaturado (pueden ser sintetizados por el cuerpo humano) por lo que no resultan esenciales en la dieta. De todos modos, su consumo es beneficioso para la salud, pues baja los niveles de colesterol total y disminuye el riesgo de las enfermedades cardiovasculares. Se encuentran en aceites vegetales como los de oliva y canola, en paltas, almendras, avellanas, oliva, nueces y aceitunas.
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