El intendente de la Alcaldía de La Paz, Mauricio Ruiz, explicó que los problemas detectados son consecuencia de la mala manipulación de los alimentos, aunque consideró que el hecho de que “existan alimentos fuera de norma no implica que éstos sean dañinos para la salud pública”.
Quezada explicó que las 24 muestras fueron tomadas por las mañanas, entre enero y febrero, en inmediaciones de la avenida Perú, la Terminal de Buses, la avenida Montes y las plazas Pérez Velasco y Alonso de Mendoza, donde hay una oferta importante de diversos alimentos. La autora del estudio añadió que, aunque la muestra es pequeña, con ella se busca empezar un proceso de concientización en la población sobre sus hábitos alimenticios.
Microorganismos. Para realizar el estudio, Quezada tomó muestras de salteñas, tucumanas, rellenos, ensaladas de frutas, frescos hervidos y lechón. Éstas fueron enviadas al laboratorio municipal y allí se detectó la presencia de dos bacterias: Escherichia coli (E. coli) y Esterococcus faecalis (E. faecalis).
Ambas provocan infecciones de tipo digestivas como la salmonelosis y la fiebre tifoidea, explicó el jefe de la Unidad de Laboratorio de Alimentos y Bebidas de la municipalidad, Gonzalo Uscamayta.
“En este caso no se ha encontrado salmonelosis, pero sí los informes dan cuenta de que los alimentos estuvieron contaminados por una mala manipulación. El laboratorio municipal tiene parámetros de control y verifica que los alimentos no sobrepasen los límites de los mesófilos (bacterias)”, explicó el experto.
La investigación también pone en evidencia que los alimentos callejeros están expuestos al medio ambiente sin ningún tipo de protección. Además, constató que en los puestos de frituras utilizan aceite requemado y que los aderezos como la llajua son los más contaminados.
Ruiz señaló que en la ciudad de La Paz existen más de 1.000 comerciantes dedicados a la venta de alimentos y bebidas en vía pública. “El problema es complejo, pero una solución pasa porque los comerciantes asuman una cultura de buena manipulación de alimentos y en respetar las normas”, señaló.
Esta comida no aporta nutrientes
Según la investigación “Cuando la salud y la vida dependen de un bocado”, los alimentos que se venden en la calle no tienen una agrupación por tipo o cantidad de nutrientes. “En estos alimentos denominados callejeros, se destaca que presentan más ventajas socioeconómicas, que ventajas alimentario-nutricionales”, se lee.
Puntos de vista
María Gutiérrez: ‘Pasamos cursos para manipular los alimentos’
“Hay algunas personas que elaboran los alimentos en lugares sucios, que provocan enfermedades, pero aquí no tenemos ese problema. La Alcaldía te pone como condición que vayas a los cursos de manipulación para tener autorización; por eso yo vendo, porque aprobé el curso. No sé dónde harán las tucumanas, yo sólo vengo a vender, pero no tuve ningún problema”. Vendedora
Senobia Quispe: ‘Manejamos los alimentos con limpieza’
“Mi hija elabora los rellenos y controla la higiene y la limpieza en todos sus empleados. En este lugar (calle Socabaya) vendo rellenos 30 años y tengo el carnet de manipulación que nos ha dado la Alcaldía luego de pasar un curso. Nunca hemos recibido quejas sobre enfermedades o quejas de estos productos”. Vendedora
Julio Antezana: ‘Yo consumo porque la comida está al paso’
“A veces uno no tiene tiempo para estar cocinando en su casa o ir a un restaurante, aunque a veces esos lugares son peores. Entonces, como estos puestos están al paso, uno se para un ratito en la calle y come. Por suerte, nunca tuve problemas por comer tucumanas o salteñas en la calle”. Comensal
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