Respecto a su contenido vitamínico destaca una pequeña cantidad de vitamina C.
En sus muchas preparaciones culinarias debe ser consumida cocida (nunca cruda), esto para eliminar las sustancias tóxicas que contiene.
Se puede salar unos 30 minutos antes de su cocción para eliminar su contenido en jugos amargos, reducir su humedad y conseguir una pulpa más densa que absorba menos aceite durante su preparación. (Posteriormente de salar siempre debe enjuagarse para eliminar el exceso de sal).
Es muy adecuada para tratar la obesidad y goza de prestigio cuando es utilizada en las dietas para adelgazar esto por su alto contenido en agua que supera el 90 por ciento . Por ello su consumo es muy útil para bajar el colesterol además que ayuda a prevenir la arteriosclerosis.
Resulta útil comerla cuando se ha ingerido una comida abundante en grasas, ya que no permite que los ácidos grasos saturados se depositen en las arterias.
Su carne se consume a modo de verdura, cocida o frita o rebozada en rodajas o rellenas.
Frita es la forma menos digerible y la más colorida puesto que absorbe importante cantidad del aceite en la fritura.
Conviene mantenerla aislada del resto de las verduras y frutas, ya que reacciona con el gas etileno producido por la respiración de otros vegetales y se estropea antes.
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