Conocer los mayores problemas. Funciona muy bien llevar un programa del día y respetarlo, de modo que si vamos a una cena debemos desayunar y comer alimentos que aporten pocas calorías, y en la noche hay que saber bien qué vamos a elegir. En primer lugar hay que evitar frituras (papas, chicharrones) y elegir verdura cruda, como zanahorias, así como frutos rojos: fresas, arándanos, moras y zarzamoras. El maní, nueces, almendras y frutas deshidratadas como pasitas y orejones son otra buena opción, pero en porciones menores porque tienen más calorías. Además, es recomendable consumir dips (aderezos) a base de yogurt en vez de los de queso, mayonesa o queso crema. También limitar el consumo de alcohol y aperitivos de licor, ya que aportan muchas calorías, además de moderarnos con los postres. Turrones, mazapanes y pasteles son convenientes pero, de nuevo, en porciones pequeñas.
Otros trucos. Hacerle “trampa” al organismo: masticar lento y más de 20 veces cada bocado, además de servirnos una sola vez y mantenernos alejados de la mesa en la que se encuentran los alimentos.
1. Aceites vegetales.
Para sasonar nuestras ensaladas navideñas.
2. Agua de frutas.
Y evitar los refrescos y también hacer ponches naturales.
3. Programar rutina navideña.
Para caminar y correr en esos días donde comeremos un poco más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario