El té negro es la variedad más común de té, y supone el 75% de todo lo que se consume en el mundo. Es la variedad que contiene más cafeína (unos 40 miligramos por taza). Tiene una alta concentración de antioxidantes, que se relacionan con la reducción de los niveles de colesterol en sangre. Algunas investigaciones han demostrado que las personas que beben tres o más tazas de té negro al día pueden reducir el riesgo de sufrir un ictus. Mientras el té verde con un sabor más delicado protege de múltiples enfermedades, desde algunos tumores hasta las enfermedades cardiovasculares. Un estudio realizado en la población estadounidense ha demostrado que por cada taza de té verde consumida, el riesgo cardiovascular puede reducirse en un 10%. El té blanco tiene los mismos beneficios de protección cardiovascular y té aromático suelen tener los mismos niveles de antioxidantes y beneficios similares para la salud que otras variedades de té. Aquellos que están aromatizados con frutos del bosque pueden contener incluso más antioxidantes./
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