• Si quieres que las yemas de los huevos duros queden en el centro, revuélvelos varias veces mientras se cocinan.
• Para que el pan duro recupere su frescura, échale unas gotas de agua, envuélvelo en papel de aluminio y ponlo en el horno durante 10 minutos. Quedará más que crujiente.
• Si un caldo (sopa, potaje, ajiaco, caldosa) te queda salado, agrégale unos pedazos de papa. Como por arte de magia, esta vianda absorberá la sal sobrante.
• ¿Te molestan las salpicaduras de aceite? Pues puedes resolver el problema añadiendo una pizca de sal en el mismo lugar donde revienta la burbuja. No te preocupes: las frituras no quedarán saladas por esta causa.
• Si deseas que la piel del pescado te quede crujiente, asegúrate de eliminarle la humedad al máximo. Para ello, sécalo con papel toalla antes de adobarlo. Aparte de eso, ponle sal por los dos lados y cocínalo primero por la parte de la piel.
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