La cocina en su hogar se volvió un lugar para compartir tiempo juntos y aprender el uno del otro.
A los 15 años ya había crecido en ella un gusto tal por cocinar que decidió emprender su primer negocio. Fue entonces cuando comenzó a ofrecer a sus compañeros de curso del colegio, solo a pedido, todo tipo de preparaciones que iban desde masitas dulces y saladas hasta platos calientes, pasando por la chocolatería y el catering.
Un año antes de salir bachiller empezó a trabajar por las tardes en pequeños cafés, algo que le dio otra perspectiva sobre los fogones y que la terminó animando a estudiar la carrera de gastronomía.
Fue así como luego de pasar por algunos cursos de cocina (que no llenaron sus expectativas), llegó al Instituto Gastronómico de las Américas (IGA), donde se licenció hace cuatro años como chef y actualmente ejerce como chef instructora.
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