Cuidado con lo que se lleva a la boca

La comida “chatarra” daña la salud a mediano y largo plazo.

No podemos decir que la obesidad y enfermedades adyacentes son causadas en su totalidad por la comida “chatarra”, pero ésta sí es un factor principal del problema masivo de la obesidad en los niños. Los hábitos alimenticios adquiridos con el tiempo y la vida moderna se transformaron en factores que atentan contra la salud. Entre los alimentos “chatarra” comunes y preferidos en muchos hogares están: hamburguesas, salchichas, papas fritas, productos congelados para la preparación en microondas, bebidas gaseosas y dulces, entre otros.
La comida “chatarra” le brinda al consumidor grasas, colesterol, azúcares y sal, que estimulan el apetito y la sed; mientras que una alimentación sana debe proveer fibras, proteínas, carbohidratos, vitaminas y minerales necesarios para el rendimiento del cuerpo. Potencialmente, todos los alimentos son perjudiciales para la salud si se abusa de su consumo.
obesidad en la infancia. Los malos hábitos de alimentación y la falta de actividad física hacen que cada vez más infantes sufran de obesidad o sobrepeso, cuyas consecuencias en la salud se verán en la adolescencia, según la nutricionista Paola Menacho. La escuela es clave en la promoción de una alimentación saludable y el ejercicio físico en los niños, porque, además de que allí consumen su “recreo”, es donde muchos compran su refrigerio, por lo que es el lugar ideal para empezar a cambiar sus hábitos de consumo, proporcionándoles productos que los nutran y no sólo les aporten calorías.
Según Menacho, los padres de familia deben cuidar la alimentación de sus hijos desde temprano, para empatarla a la familia y escuela. También es necesario que hagan ejercicios para mantener una vida sana.

30% Menos de riesgo de ataques cardiacos tienen personas que comen verduras y frutas con relación a otras.

La frase

“Cuando estos niños sean adultos, tendrán altas probabilidades de desarrollar diabetes mellitus, hipertensión arterial o cardiopatías y quizá apenas en la cuarta década de su vida requieran hemodiálisis por daño renal, debido a la glucosa, siendo propensos a vivir hasta los 50 años”.

Paola Menacho / Nutricionista