El estudio incluye datos de 14.426 niños de entre dos y nueve años procedentes de ocho países europeos: Italia, Estonia, Chipre, Bélgica, Suecia, Hungría, Alemania y España. Los resultados, publicados en la revista Public Health Nutrition, confirman que los padres con menos estudios dan a sus hijos alimentos ricos en azúcares y grasas más frecuentemente que los que poseen un nivel educativo superior, que dan de comer a sus niños más productos de alta calidad nutricional, como verduras, frutas, pasta, arroz y pan integral. “Las mayores diferencias entre familias de distintos niveles educativos se observaron en el consumo de frutas, verduras y bebidas azucaradas”, explica Juan Miguel Fernández Alvira, autor del trabajo e investigador de la Universidad de Zaragoza..
Obesidad y educación
Para los autores, esto resulta en un mayor riesgo de desarrollar sobrepeso y obesidad en los niños procedentes de estratos socioculturales menos favorecidos. La Organización Mundial de la Salud alerta de la importancia de controlar la alimentación de los más pequeños, puesto que alrededor de 40 millones de niños menores de cinco años tenían sobrepeso en 2010. Los dietistas y nutricionistas recomiendan a los padres que ofrezcan una amplia variedad de alimentos (que también son buenos para ellos mismos) y que eviten usar la comida como un método para premiar o castigar un comportamiento.
“Los programas de prevención de la obesidad infantil a través de la promoción de una alimentación saludable deberían abordar de manera específica aquellos grupos socioeconómicamente desfavorecidos, con el objetivo de minimizar las desigualdades de salud”, concluye Fernández Alvira
ANÁLISIS
La gente con recursos no come bien
Claudia Molina / Nutricionista
En los países subdesarrolados, la gente de escasos recursos tiende a los alimentos hiperhidrocarbonados: demasiado arroz blanco y fideo en cantidades que sobrepasan los límites saludables. Esto, por la necesidad de energía. En esta población hay desnutricón química: falta de hierro, zinc y en menor medida, calcio. Hay anemia. Son deficiencias de minerales relacionadas con el intelecto, con la actividad cerebral.
Necesitamos educación sobre nutrición en todas las escuelas. Tenemos los recursos: verduras, frutas y alimentos de mejor calidad que el fideo y el arroz, pero falta acceso a la información. La cebolla, por ejemplo, tiene un compuesto que ayuda a las sinapsis (conexiones) nerviosas.
Las personas con más recursos ingieren alimentos proteínicos y elaborados, con aditivos, edulcorantes y conservantes dañinos. No hay estudios concluyentes, pero se asocia a los nitritos y nitratos de jamones, chorizos y conservas con el cáncer de hígado y de páncreas. Hay que restringir el consumo de las conservas y de las gaseosas. Comamos alimentos poco procesados
Cronología
16,1
Meses de lactancia
Es el tiempo que lactan los cruceños. En otras zonas de Bolivia se amamanta hasta 22 meses.
1-9
Años de edad
Es el lapso que los investigadores consideraron como infancia.
Claves
Para empezar a comer mejor
1 Si no es saludable, no lo compre. Si no está en la heladera o en la mesa, el niño acabará comiendo lo que hay y se le formará el hábito.
2 Déjelo escoger y experimentar sabores. Explíquele por qué prefiere que no consuma mucha carne, gaseosas y comidas grasosas.
3 Déjelo que decida cuánto va a comer. Nos enseñaron a dejar el plato vacío, pero ellos saben cuándo dejar de comer.
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