Ventajas. Una de las principales ventajas de los enlatados es precisamente su durabilidad en el tiempo y la fácil manera de conservarlos a temperatura ambiente y, por qué no, de prepararlos. Ana Lucía Jiménez, profesional en nutrición, explica que estas conservas se realizan a partir de materias primas frescas; es decir, alimentos de calidad que después de ser sometidos a un proceso térmico específico se envasan para que aguanten en perfectas condiciones durante más tiempo, de manera que se puedan consumir cuando el cliente quiera, lo que hace una buena forma de ingerir alimentos que de otra forma no se comerían. Este procedimiento ofrece la ventaja que desde el momento en que es cosechado el alimento hasta su envasado, pasa por un período de tiempo mucho más corto reduciendo la maduración y deterioro de éste.
Algunas desventajas. Sin embargo, durante este proceso de esterilización los alimentos pueden perder gran parte de las vitaminas, principalmente las sensibles al calor, como la vitamina C y las vitaminas del complejo B. Por el contrario, esto no ocurre con los minerales y macronutrientes (proteínas, grasas y carbohidratos), que por el contrario tienden a concentrarse.
Importante. Otro punto que debemos tener en cuenta es que concretamente pescados como el atún, la sardina, que se consumen en conserva, presentan una mejor asimilación de las proteínas por parte de nuestro organismo, aunque es cierto que contienen menos cantidades del resto de nutrientes. Además, los alimentos conservados en lata suelen tener un mayor aporte calórico que los naturales.
Conservantes e ingredientes. Por otra parte, la especialista explica que los alimentos enlatados no necesariamente contienen conservadores u otros ingredientes artificiales, aunque como cualquier alimento industrializado y dependiendo del tipo pueden contenerlos. La recomendación es siempre revisar el contenido nutrimental y los ingredientes para detectar algunos no deseados que hayan sido añadidos.
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