30 unidades de nueces de Saint. Jacques (es un molusco parecido a la almeja y a la ostra. Se lo encuentra en los centros que importan frutos de mar).
300 gramos de mantequilla.
200 gramos de quinua.
120 gramos de queso
parmesano.
30 gramos de crema.
500 gramos de espinacas.
20 unidades de espárragos
250 gramos de echalotes (bulbo similar a la cebolla).
4 dientes de ajo.
1 taza de vino blanco seco.
Preparación
Tomar tres nueces de Saint Jacque y sazonar con sal y pimienta. En una sartén, con un chorrito de aceite, dorar de ambos lados las Saint Jacques. Reservar caliente. Enjuagar la quinua en agua fría. En una cacerola, a fuego medio, colocar aceite de oliva y una cucharada de mantequilla. Agregar el ajo y los echalotes cortados en ‘brunoise’ (dados chiquititos). Cocinar hasta que queden transparentes. Luego añadir la quinua. Cocer hasta que comience a dorarse, sin dejar de remover.
Echar el vino blanco y dejar evaporar unos segundos a fuego vivo.
Luego ir mojando con el vino blanco hasta que la quinua esté casi cocida, aproximadamente 10 minutos. Cuando la quinua esté al dente (no debe estar líquida), agregar el queso parmesano y la crema. Tapar y dejar reposar por cinco minutos.
Aparte, en otra sartén con mantequilla, cocer 2 dientes de ajo machacados.
Saltear las espinacas y sazonar con sal y pimienta.
Aparte limpiar bien los espárragos y blanquearlos en agua hirviendo y salada.
Sacarlos crocantes. Cortar la cocción colocándolos en agua con hielo.
En una sartén caliente saltear los espárragos escurridos, sazonar. Reservar en caliente.
Montaje del plato
Colocar un molde redondo, de 10 centímetros de diámetro, en el centro del plato. Primero poner las espinacas escurridas.
Luego la quinua y en la parte superior las nueces de Saint Jacques. De último agregar las cabezas de los espárragos dando altura al plato.
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