Uno de los principales retos para Kamilla fue familiarizarse con los ingredientes nacionales, porque en Gustu se cocina única y exclusivamente con productos de locales. Así, una chef danesa acostumbrada a otro tipo de ingredientes tuvo que conocer, aprender a amar y a cocinar con papas, ají, yucas y otros ingredientes endémicos.
Su trabajo desde un principio consintió en conocer las tradiciones gastronómicas bolivianas y encontrar la mejor manera de difundirlas en un restaurante que, a su vez, les transmitiera a sus aprendices el amor por lo suyo como motor para vivir de la cocina.
“Me esfuerzo diariamente para llevar el mensaje de equidad de género en las cocinas del mundo; un mensaje de respeto, dignidad y orgullo a través de la comida, trabajando incansablemente para convertir la gastronomía en un motor de cambio social”, explica.
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