domingo, 6 de agosto de 2017

De comunicador a chef Roberto Pérez

Sencillez, carisma y ganas de sobresalir son los ingredientes que hacen de Roberto Pérez un chef “todo terreno”. Sus jornadas resultan largas. Mucho más de lo que seguramente imaginó cuando decidió dejar a un lado la comunicación para apostar por la cocina de manera profesional. “Cuando salí bachiller, mis papás no querían que estudie gastronomía, así que estudié comunicación por darles gusto (sonríe), pero no ganaba bien, era la pelea por conseguir auspiciadores, así que estudié gastronomía y, pues, me rendía más y por eso decidí dejar la comunicación y aunque son largas horas, no me arrepiento de estar donde estoy porque la cocina es mi rincón de creatividad”, cuenta Roberto, el popular “Gato chef”, quien cada mañana transmite alegría y a la vez seriedad en la revista Al Día de Bolivisión.

LG: ¿CUÉNTANOS TU ETAPA EN LA COMUNICACIÓN?

R: Ya estoy unos 10 años, empecé en Unitel, en el programa “Enemigo público” en la parte de producción el 2012. Luego me fui a Capital Chanel, donde tenía un programa que se llamaba “El clan”. Pasé a Cadena A en “Cápsulas de escape”, luego a Palenque TV en “Hombres trabajando para ellas” y ahora estoy ya ocho meses en Bolivisión. También hice radio, estuve en el Grupo Fides y en Radio Colorados.

LG: ¿DÓNDE ESTUDIASTE GASTRONOMÍA?

R: En la escuela “Mariano Moreno” en Buenos Aires, Argentina. Me fui a estudiar por un año, al regresar me puse planes, pues me dije que quería verme en un programa de televisión, que debía tener mi escuela de cocina, mi empresa de eventos, mis revistas y gracias a Dios se está dando poco a poco.

LG: ¿CUÁLES DE TUS METAS YA LAS CUMPLISTE?

R: Tengo mi escuela de cocina, con sucursal en Cochabamba y se llama “El gato chef”, tengo una heladería, unos snacks, empresa de eventos, pronto saldrá mi revista. He trabajado fuerte y Dios mediante voy cumpliendo todo.

LG: ¿POR QUÉ EL NOMBRE DE “GATO CHEF”?

R: (sonríe) Porque desde chango me dicen gato y cuando era la hora de poner nombre a mi restaurante salió “El gato chef” de entre muchos nombres y es fácil acordarse, ¿no? Y así comienza la época del Gato chef el 20 de febrero del 2011.

LG: ¿TE GUSTA QUE TE DIGAN ROBERTO O GATO CHEF?

R: Los dos, no me hago problema, pero más bonito es Gato chef (sonríe).

LG: ¿QUÉ EVALUACIÓN HACES DE ESTOS OCHO MESES EN BOLIVISIÓN?

R: Es impresionante el cariño de la gente. Por ejemplo cuando tú tienes tu restaurante entran los invitados a tu comedor y tú tienes la oportunidad de atenderlos, estar en un medio de comunicación masivo, como la televisión, es al revés, yo entro a su comedor, a su cocina y son miles de personas que nos están viendo y esa es la parte más motivadora, que te incentiva a seguir trabajando e investigando. Y si estoy ahí no es porque me invitaron por mi bonita cara, ¿no?, es porque trabajo en serio.

LG: ¿QUÉ ES LO MEJOR DE TU TRABAJO?

R: Dar un granito de arena y de esa manera compartir, llegar y enseñar a la gente.

LG: ¿Y LO MALO?

R: De repente los horarios (sonríe), levantarse 4:30 todos los días y dormir a la 1 o 1 y media de la mañana todos los días, no hay tiempo para descansar. Te la pasas trabajando y trabajando, estás en la cocina caliente y sales al frío, luego tienes que limpiar y así pasa el tiempo.

LG: ¿ADMIRAS A ALGUIEN DE LA GASTRONOMÍA EN BOLIVIA?

R: Sí, a varios, como a Emilio Garnica, Osca Mora y otros.

LG: A PESAR DE TODO LO QUE LOGRASTE HASTA EL MOMENTO, ¿CUÁNDO TE SENTIRÁS REALIZADO?

R: Cuando Bolivia llegue a tener un aporte mío dentro de su gastronomía. Cada día vamos aprendiendo, conociendo, siempre innovando cosas, pero llegará el día cuando tenga que dar el zarpazo y decir este es el plato Gato chef.

“Cuando reniego soy un demonio”

Roberto Pérez Arteaga nació el 23 de septiembre en la ciudad de La Paz. Soltero, es egresado de la carrera de comunicación de la Universidad San Francisco de Asís. Estudió gastronomía en la Escuela “Mariano Moreno” de Buenos Aires, Argentina. Hincha del Bolívar, dice ser de carácter divertido, “pero en el momento que hay que trabajar soy muy serio y cuando reniego soy un demonio”, confiesa. Su virtud es tener mucha paciencia. Su defecto es no creer tanto en el amor. Sus platos preferidos son el picante de lengua y la picana y los que le salen mejor los que realiza a leña y carbón. Se define “como una persona innovadora, luchadora, trabajadora, que cree en su país”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario