Historia. Antes de la colonización de lo que hoy es Brasil, indudablemente la cocina estaba dominada por los indígenas. Después de la colonización, los portugueses y los esclavos que habían llegado desde África para trabajar en las plantaciones de caña también influyeron en el aspecto culinario.
“Los indígenas conocían la yuca y otras plantas de la región, pero por ejemplo, los africanos nos hicieron conocer el ají, el frijol negro y los europeos introdujeron los sabores dulces y otros aperitivos como el queso", explicó Renata Zambon, de origen brasileño y propietaria del restaurante Rincón Brasilero.
Feijoada, el plato de los pobres. La feijoada, el plato brasilero mundialmente conocido tiene una historia que pocos podrían imaginar.
En la época de la colonia en Brasil, los portugueses entregaban a los esclavos las patas, la cabeza, la oreja y la cola del cerdo. A esto se sumaba una ración de frejol.
Ante la falta de otros ingredientes, los esclavos cocían todo y preparaban lo que hoy se conoce como feijoada. "Era el plato de los esclavos, de los pobres", dijo Zambón.
Cuando terminó la esclavitud y al estar extendida en todo el territorio brasilero, ricos y pobres degustaban la feijoada. "Se la come en todo el Brasil, aunque cada región lo prepara a su manera", manifestó Zambón. Uno de los ingredientes sazonadores que no puede faltar en la cocina brasilera es el ajo, le da un sabor especial a las comidas. La carne, el frejol, el arroz se elaboran con ajo, “todo a su medida”.
Menú muy aceptado en Santa Cruz. En el departamento es la comida brasilera muy requerida, no sólo por los extranjeros del vecino país que radican en la ciudad; sino más bien por los bolivianos.
"De martes a viernes, el 60% de los clientes que llegan a Rincón Brasilero son bolivianos", destacó Zambón. El restaurante ofrece un servicio de bufé. "Con 50 bolivianos una persona come, toma su gaseosa o jugo y el postre", concluyó la propietaria de Rincón Brasilero.
FEIJOADA
Para 6 porciones
• 800 grs de frejoles negros
• 300 grs de tocino ahumado
• 350 grs de carne seca
• 350 grs de costillas de cerdo
• 150 grs de longaniza ahumada
• 2 cebollas grandes picadas
• 5 tomates
• 3 dientes de ajo
• 1 taza Arroz
• pimienta negra y sal a gusto
1. Poner los frejoles y la carne seca en remojo una noche antes en recipientes separados. Al día siguiente escurrir la carne y colocar en una olla grande con agua, con las costillas de cerdo, el tocino y la longaniza; cocer hasta que rompa el hervor. Espumar, bajar el fuego, tapar y cocinar dos horas.
2. En otra olla con agua fría colocar los frejoles a fuego lento hasta que rompa el hervor, se tapa y también se cuecen dos horas. Colar los frejoles y reservar el caldo.
3. Rehogar las cebollas picadas con el ajo picado hasta que las cebollas se pongan traslucidas; incorpore los tomates sin piel, sin semillas y picados; salpimentar a gusto y cocer por 20 minutos a fuego lento.
4. Cuando el sofrito esté listo agregue parte de los frejoles y aplaste con un tenedor, incorpore el resto con una taza de agua donde se han cocido y llevar al fuego 20 minutos. Quedará un caldo espeso.
5. Colocar en una sartén dos cucharadas de aceite y un diente de ajo, incorpore una taza de arroz y rehogue; añada dos tazas de agua hirviendo y mezclar para que no se pegue el arroz. Dejar cocer durante 20 minutos a fuego lento.
6. Servir en una bol la carne cortada en trozos pequeños, en otra fuente los frejoles y en otra el arroz.
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