En primer lugar, puedes añadir a tus recetas hierbas aromáticas (albahaca, cilantro, perejil, estragón, entre otras), las cuales aumentan el sabor de los alimentos y poseen numerosas virtudes para el organismo (reducen las náuseas, son diuréticas y mejoran la digestión, por ejemplo). Otra opción consiste en agregar condimentos (cúrcuma, jengibre, canela, comino, entre otros), ya que son muy perfumados y altamente benéficos para el cuerpo.
Las personas que no logran disminuir su consumo de sal o reemplazarla por hierbas aromáticas y condimentos pueden optar por la sal dietética, la cual se compone de sales minerales y es más rica en potasio que en sodio. Posee un sabor parecido a la normal, pero tiene menos efectos nefastos. Además, su acción es diurética, mientras que el sodio suele favorecer la retención de líquidos.
¿Cuáles?
Otros trucos para comer menos salado
Vierte un chorro de zumo de limón en las ensaladas y verduras cocidas porque su sabor acidulado les brindará un toque especial. Asimismo, no dudes en utilizar vinagre de sidra, el cual aporta gusto a las comidas. Finalmente, puedes añadir a tus recetas algas marinas, las cuales poseen un sabor salado natural por lo que no es necesario incorporar mayor cantidad de sal.
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