De sabor intenso, inconfundible y refrescante, los helados de canela cautivaron por años el paladar de miles de paceños y forman parte de nuestra tradición, sin perder su esencia en el tiempo.
Algunas plazas de La Paz son el punto de encuentro de quienes asisten -generalmente los fines de semana- para degustar el popular helado de canela.
En kioscos o en carritos, estos helados se ofrecen todos los días a un precio que varía entre dos y siete bolivianos, según el tamaño del vaso y el lugar donde se venden.
No importa si hace frío o calor. Este trabajo no depende del clima, porque siempre hay demanda. Es así que la jornada laboral comienza a las 10:00 y termina a las 18:30.
Receta casera
Su elaboración es sencilla, pero morosa. Según cuenta Edwin Ibáñez -dedicado a la heladería desde hace 20 años- primero se debe poner a hervir agua con canela molida, mucha azúcar y un poco de sal. Luego se echa el colorante natural para que el líquido adquiera esa tonalidad rojiza.
Una vez obtenido el color y sabor deseado, se vierte el contenido de la olla en la máquina batidora, también llamada heladera, que consiste en un cubilete colocado dentro de una estructura de metal y ésta en un recipiente de madera en el que se vacía trozos grandes de hielo con sal gruesa.
La máquina funciona con una manija que hace girar el cubilete de aluminio donde está el líquido. A medida que da vueltas, el producto se hace cada vez más sólido y cremoso. He ahí el único secreto de esta receta casera.
20
bolivianoscuesta el litro de helado de canela que se ofrece en el puesto de la Triangular.
Este preparado artesanal demora un poco más de media hora, pero se justifica por el sabor que se consigue. “Uno se acostumbra a manejar la máquina' tenemos que batir más de 100 litros por día”, explica Ibáñez desde su puesto en la plaza San Martín (Triangular), de la zona de Miraflores.
Peralta Mamani, vendedora de helados en la plaza San Pedro, dice que es posible agilizar este proceso con una máquina eléctrica, pero que no le da al helado el mismo sabor ni la misma textura.Con el paso de los años, los heladeros fueron mejorando su oferta. Ahora, además de helados de canela, elaboran sabores a vainilla, leche, mango y maracuyá, que también son preferidos por su clientela. El procedimiento es el mismo, pero con otros colorantes.
300
bolivianos por día es la ganancia promedio de los heladeros en temporadas altas de venta.
Y aunque la venta es permanente durante el año, la demanda se incrementa notoriamente en primavera y en verano. “Algunos días no se termina todo lo que preparamos, pero la mayor parte calculamos de acuerdo al consumo de nuestros clientes”, dice Rebeca Aruquipa, de la plaza Riosinho.
Vendedores ambulantes
Además de los puestos fijos, también existen vendedores ambulantes de helados de canela que aprovechan eventos especiales para salir a la calle con una bandeja en las manos.
Se los encuentra en las graderías del Estadio Siles durante los partidos de fútbol local, en las ferias dominicales de El Prado, en las entradas folclóricas y desfiles cívicos, y como son helados al paso, siempre logran terminar su producto.
Helados de antaño
La costumbrista Elizabeth de Col rememora que, durante la primera mitad del siglo pasado, los helados eran llamados “tocinillos” (procedentes de Potosí) y consistían en bloques de hielo con sabor. Luego, los de canela se los hacía en casa, con un procedimiento muy similar al actual.
Las propiedades curativas de la canela están presentes en el helado
La canela, ingrediente principal de los helados artesanales, tiene muchas propiedades curativas que benefician la salud de quienes consumen este producto, a pesar de ser más conocida por sus aplicaciones culinarias en diferentes preparaciones.
Algunos especialistas sostienen que ayuda a reducir triglicéridos y colesterol en la sangre, lo que previene las afecciones cardíacas.
Otro de los beneficios que ofrece es favorecer la correcta digestión de los alimentos y aliviar molestias intestinales, así como flatulencias y distensiones abdominales.
En la composición de la canela se destaca la presencia de vitamina C, vitamina B1, hierro, potasio, calcio y fósforo, por lo que, aunque se consume en escasas cantidades, brinda un conjunto de vitaminas y minerales esenciales para el cuerpo humano.
Asimismo, se ha comprobado que la canela tiene efectos relajantes y se utiliza desde hace mucho tiempo para eliminar el estrés y como potente relajante natural.
Otros especialistas destacan que la canela también sirve para eliminar el mal aliento y como refrescante bucal.
Este aromatizante se extrae de la corteza del árbol de la canela, la cual se considera la más fina, y con mayor calidad culinaria, debido a su gran sabor y a sus poco conocidas propiedades saludables.