El privilegio de ser el mejor fue en los últimos cuatro años propiedad de El Bulli, del catalán Ferrán Adriá.
Para 2010 sorpresivamente se reconoce como el mejor del planeta a Noma, restaurante danés de René Redzepi, un sui generis chef discípulo de Adriá, que redimensiona el concepto de cocina nórdica basándose en la conciencia ecológica. Por lo que se dice de él, ha devuelto el orgullo y la identidad a la culinaria escandinava.
NOMA. Reinvención de la cocina nórdica es la propuesta de René Redzepi y Clause Mayer creadores de Noma Restaurant,- que se erige como el mejor del orbe durante el 2010. De influencia vanguardista, Redzepi estructura un concepto que combina la ecología con la cocina molecular. Se destaca la originalidad de los ingredientes naturales como rasgo diferencial de sus platos. Un ejemplo de su cocina es el bacalao negrero con pétalos de rosa en salsa de miel fermentada o la ensalada de raíces y brotes vegetales con aliño de esencia de tierras.
EL BULLI. Este ícono gastronómico del catalán Ferrán Adriá. Sus creaciones y excentricidad, además de reservaciones anticipadas por casi un año, lo distinguen como la cuna de la experimentación de la gastronomía molecular.
THE FAT DUCK. A pesar de haber tenido denuncias por intoxicación de comensales, este restaurante de Heston Blumenthal en Inglaterra continúa en los top ten del mundo. El equipo de físicos y químicos que soportan su relación cocina y ciencia lo mantienen como tercero.
EL CELLER DE CAN ROCA. Es el segundo restaurante catalán en la lista, sus propietarios Josep Roca y Jordi Roca crean sus platos evocando emociones y recuerdos. Cada año sorprenden con líneas de investigación específica, los perfumes en los postres (2002), los destilados (2004), el humo (2005) y la cocina del vino (2006) revelando como rescatar sensaciones y despertar la memoria del paladar.
MUGARITZ. En Guipúzcoa, País Vasco, se orienta en la naturaleza y es el quinto. El chef Andoni Luis Aduriz usa cal y la obsesión por las flores y sustancias distinguiendo de esta forma su cocina conceptual.
OSTERÍA FRANCESCANA. El chef italiano de Módena, Massimo Bottura, interpreta la cocina como expresión artística compleja, donde los insumos a través de la técnica logran un estado sublime.
ALINEA. La deconstrucción de la cocina tradicional norteamericana está representada por el chef Grant Achatz, de Chicago. Lugar ecléctico que afianza conceptos con base en lo antiguo, clásico y tradicional.
DANIEL. Ubicado en Upper East Side New York, este restaurante de minuciosa arquitectura muestra una concepción contemporánea de la cocina francesa, desde la óptica del chef francés Daniel Boulud.
BARZAK. Equilibrio, innovación continua y producto inmejorable son las tres máximas de los Arzak para mantenerse en la cumbre en los últimos 30 años. Este restaurante fundado por José Mari Arzak y enclavado en el País Vasco busca a diario la evolución integral de la cocina vasca con la vanguardia.
PER SE. La lista finaliza con un particular restó estadounidense. Es el restaurante dirigido por Thomas Keller. Busca intensificar sensaciones con el cambio de su minuta de degustación diaria, inquiriendo una experiencia gastronómica diversa
Para 2010 sorpresivamente se reconoce como el mejor del planeta a Noma, restaurante danés de René Redzepi, un sui generis chef discípulo de Adriá, que redimensiona el concepto de cocina nórdica basándose en la conciencia ecológica. Por lo que se dice de él, ha devuelto el orgullo y la identidad a la culinaria escandinava.
NOMA. Reinvención de la cocina nórdica es la propuesta de René Redzepi y Clause Mayer creadores de Noma Restaurant,- que se erige como el mejor del orbe durante el 2010. De influencia vanguardista, Redzepi estructura un concepto que combina la ecología con la cocina molecular. Se destaca la originalidad de los ingredientes naturales como rasgo diferencial de sus platos. Un ejemplo de su cocina es el bacalao negrero con pétalos de rosa en salsa de miel fermentada o la ensalada de raíces y brotes vegetales con aliño de esencia de tierras.
EL BULLI. Este ícono gastronómico del catalán Ferrán Adriá. Sus creaciones y excentricidad, además de reservaciones anticipadas por casi un año, lo distinguen como la cuna de la experimentación de la gastronomía molecular.
THE FAT DUCK. A pesar de haber tenido denuncias por intoxicación de comensales, este restaurante de Heston Blumenthal en Inglaterra continúa en los top ten del mundo. El equipo de físicos y químicos que soportan su relación cocina y ciencia lo mantienen como tercero.
EL CELLER DE CAN ROCA. Es el segundo restaurante catalán en la lista, sus propietarios Josep Roca y Jordi Roca crean sus platos evocando emociones y recuerdos. Cada año sorprenden con líneas de investigación específica, los perfumes en los postres (2002), los destilados (2004), el humo (2005) y la cocina del vino (2006) revelando como rescatar sensaciones y despertar la memoria del paladar.
MUGARITZ. En Guipúzcoa, País Vasco, se orienta en la naturaleza y es el quinto. El chef Andoni Luis Aduriz usa cal y la obsesión por las flores y sustancias distinguiendo de esta forma su cocina conceptual.
OSTERÍA FRANCESCANA. El chef italiano de Módena, Massimo Bottura, interpreta la cocina como expresión artística compleja, donde los insumos a través de la técnica logran un estado sublime.
ALINEA. La deconstrucción de la cocina tradicional norteamericana está representada por el chef Grant Achatz, de Chicago. Lugar ecléctico que afianza conceptos con base en lo antiguo, clásico y tradicional.
DANIEL. Ubicado en Upper East Side New York, este restaurante de minuciosa arquitectura muestra una concepción contemporánea de la cocina francesa, desde la óptica del chef francés Daniel Boulud.
BARZAK. Equilibrio, innovación continua y producto inmejorable son las tres máximas de los Arzak para mantenerse en la cumbre en los últimos 30 años. Este restaurante fundado por José Mari Arzak y enclavado en el País Vasco busca a diario la evolución integral de la cocina vasca con la vanguardia.
PER SE. La lista finaliza con un particular restó estadounidense. Es el restaurante dirigido por Thomas Keller. Busca intensificar sensaciones con el cambio de su minuta de degustación diaria, inquiriendo una experiencia gastronómica diversa
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