Gran contenido de vitamina C permitiendo tener acción antioxidante e interviniendo útilmente en la formación de dientes, huesos y glóbulos rojos.
Su aporte también de grandes cantidades de folatos ayudara a la síntesis del material genético y la correcta formación de anticuerpos en el sistema inmunológico produciendo tanto glóbulos blancos como rojos.
Potasio y yodo son dos de los minerales que más abundan en su composición siendo el primero muy beneficioso para la transmisión del impulso nervioso y la actividad muscular mientras que el segundo regulará y permitirá un correcto funcionamiento de la glándula tiroides permitiendo un sano crecimiento del metabolismo.
También podremos hallar azufre, calcio, fósforo y magnesio en menores proporciones pero que de igual manera ayudarán al sistema digestivo, muscular y nervioso.
Funciona en algunos casos como digestivo y diurético facilitando el vaciamiento de la vesícula y la correcta secreción de bilis.
Rabanitos, ¿por qué son buenos comerlos?
Perteneciente a la familia de las crucíferas y con 3000 especies distintas, el rábano es una hortaliza muy rica en azufre, lo que hace que sea un gran aliado de nuestra salud. Tiene un gran poder antioxidante gracias a una sustancia que posee llamada PDG, (peroxido difenil glioxal) actúa como bactericida y combate en forma eficaz enfermedades de origen viral.
También cuenta con folatos y vitamina C, de gran importancia para la protección del sistema inmunológico, es además un gran productor de colágeno, imprescindible para toda la parte ósea, para la piel, tendones y nervios. Ayuda en la fijación de hierro en el organismo, dando energía y vitalidad.
El rábano, al igual que el ajo y la cebolla, tiene propiedades para combatir el cáncer, debido a sus componentes de azufre, denominados Metanetiol, por esta razón es aconsejable consumirlos habitualmente, para prevenir estos tipos de enfermedades.
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