Entre las propiedades de la mozzarella destaca su delicado sabor, su valor nutritivo, su facilidad de uso, su alto rendimiento y sus innumerables
aplicaciones culinarias. Uno de los usos más
conocidos son en pizzas y ensaladas, pero la
mozzarella resulta
también exquisita con pasta, rissotos, en plato de
pescados, carnes y hasta se puede consumir al horno o frita. Un buen queso
mozzarella debe cumplir 3 requisitos fundamentales: derretirse, estirarse y
responder bien al
gratinado. Cuando se hornea y se derrite, se vuelve elástico, éstas son la características básicas que hacen de la mozzarella un queso tan apreciado en casi todo el mundo. Tiene
textura tierna y superficie lisa y brillante, muy suave al tacto, la calidad y frescura de la leche utilizada en su elaboración, otorgan a este queso una consistencia perfecta para ser cortada sin que se rompa en pequeños pedazos, o para que se funda en el horno, lo que hace de la mozzarella un ingrediente ideal para las pizzas o como acompañamiento de platos.
Cuando se inicia el diseño de un queso para pizza, lo primero que hay que
determinar es la relación grasa/proteína con la que hay que estandarizar la leche o la mezcla a cuajar, la utilización de concentrados de proteínas de leche para estandarizar la leche, da cómo resultado, el aumento en rendimiento, un queso con menos tendencias al deformación durante su horneado, no hay que olvidar que la mozzarella está elaborada con sustancias vivas, por lo tanto no es lo mismo desde el punto de vista del sabor la utilización para pizzas de un queso fresco que de uno maduro, y esto no sólo influye en el sabor, sino también en las propiedades de fusión.
Pechugas con Mozarella
INGREDIENTES
1 pimiento rojo, 3 cucharadas
soperas de aceite, 1 cebolla
cortada en juliana, sal y pimienta: a gusto, 2 pechugas de pollo sin piel ni hueso, 200 grs. de queso muzzarella picado o rallado, aceite (para untar): cantidad
necesaria, ensalada de hojas verdes (para acompañar): a gusto.
PREPARACIÓN
Cortar el pimiento al medio, retirarle las semillas y las
nervaduras y cortarlo en juliana. Reservar.
Verter aceite en una sartén y llevar a fuego medio. Agregar la cebolla y una pizca de sal. Rehogar hasta que esté transparente. Retirar y reservar.
En la misma sartén, saltear el pimiento hasta que esté
crocante. Retirar y reservar. Condimentar las supremas con sal. Grillarlas en una plancha hasta que estén cocidas.
Retirar. Ubicarlas en una asadera untada con aceite.
Disponer, encima, la cebolla, la muzzarella, pimienta y la juliana de pimientos. Llevar a horno precalentado a temperatura moderada hasta que el queso se funda.
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