viernes, 19 de agosto de 2011

La importancia de la última comida

La cena de los más pequeños en ocasiones, como sucede con los adultos, se relega a un segundo plano y se suple con un tazón de leche con cereales, una pizzas, unas galletas o fiambre; es decir, cenas rápidas, calóricas y desequilibradas.


En la cena, lo que cuenta es comer algo ligero, sencillo y saludable a la vez. Algo que permita nutrir y bajar el ritmo de los niños, y así prepararles para el descanso y el sueño. "Cuanto más pequeño sea el niño más pronto debe ser la cena", explica la nutricionista Beatriz Flores.


"Es importante que a los pequeños les dé tiempo para hacer la digestión antes de acostarse. Lo ideal es que cenen al menos dos horas antes de ir a la cama, y que la cena sea sencilla, muy ligera, evitando alimentos fuertes y consistentes", añadió Flores.

DEBE COMPLEMENTAR LA COMIDA. Es importante que la cena complemente la comida del mediodía, para que la dieta sea equilibrada, también no debe ser demasiado abundante. "Una cena ligera hace que la digestión se haga mejor, y el niño no tenga problemas por la noche a la hora de dormir. Hay que tener en cuenta que con el estómago lleno, el descanso es más complicado", aclara la profesional.


En las comidas que se le da al niño al mediodía, es normal que se le dé alimentos con alta cantidad de proteínas, como carnes, pastas y otros; por lo tanto, es recomendable que a la hora de la cena, se le dé una ensalada ligera, con verduras cocinadas y crudas.


Es importante vigilar, por otro lado, que el menú que se le da al pequeño por la noche sea variado.

ALIMENTOS A EVITAR. Hay alimentos poco adecuados por la noche porque dificultan el sueño. Al preparar la cena a su hijo, prescinda de guisos fuertes y excesivamente condimentados, el pepino, el ajo y el pimentón son especialmente indigestos.


También los fritos muy aceitosos, en caso de optar por ellos al sacarlos del sartén, póngalos sobre un papel secante para que absorba el exceso de grasa. Gracias a este sencillo truco le sentarán mucho mejor a su hijo.


Los frutos secos son muy energéticos, idóneos para el tentempié de media mañana o para la merienda, pero no para cenar, al igual que el chocolate que es excitante y puede producir insomnio.

LO MÁS ADECUADO. Para acertar siempre con las cenas de su hijo, opte por darle platos ligeros y de fácil masticación, como entrantes son recomendables los caldos y las sopas de pasta, las cremas y los purés claritos, las verduras guisadas y la lechuga.


Los segundos platos deben ser menos contundentes que los del almuerzo: una carne ligera como el pollo o un pescado suave y para el postre, alterne las frutas con los lácteos y si no también puede darle de tomar un vaso de leche tibia antes de irse a la cama, porque esta induce al sueño.


De todas formas, no intente que el pequeño tome siempre un entrante, un segundo plato y un postre, porque no es necesario.

NO PERMITA NUNCA

Que su hijo se vaya a la cama sin haber comido nada, dejará de comer algunos nutrientes.

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