1. Usar ingredientes de excelente calidad, no siempre lo más barato ni lo más caro es lo mejor.
2. Buscar buenas recetas, de preferencia alguna que cuente con comentarios o sugerencias.
3. Leer la receta varias veces y dejar listos y medidos los ingredientes antes de ponernos a cocinar.
4. Seguir las recetas nuevas al pie de la letra, una vez que nos familiaricemos con ellas podremos realizar modificaciones.
5. Tener todos los ingredientes a temperatura ambiente (a menos que la receta pida lo contrario).
6. Conocer la temperatura de nuestro horno, ya que todos horneamos de manera diferente.
7. Tener siempre las manos muy limpias y trabajar en un ambiente impecable (¡Salvo unas cuantas manchas de harina y cocoa).
8. No sobrebatir ni batir poco la masa, encontrar el punto adecuado.
9. ¡No darnos por vencidos si es que no nos liga a la primera! Lograr el punto perfecto o acabado final ideal toma un poco de tiempo.
10. Tener mucha paciencia y trabajar con mucho cariño y buen humor. Este último es fundamental para que nuestro postre quede rico y lindo.
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