Podemos decir que es una fruta de por sí tentadora para casi la mayoría de las personas además del placer y seducción que nos produce al verla. Tanto su forma como su brillo y color le dan en su conjunto una atracción especial. Y si a esto le sumamos su aroma y el sabor que de ella emana cuando está madura podemos decir que su seducción es total, dándole ese toque de distinción que la hace la elegida entre muchos. Tanto para una simple ensalada de frutas o como protagonista principal en la decoración de un postre.
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