Un aumento en la ingestaº de fibra puede incrementar la longevidad, concluyó un grupo de científicos con el mayor estudio gubernamental de su tipo realizado en Estados Unidos.
La investigación determinó un vínculo entre las dietas altas en fibra y una disminución en los riesgos de muerte, no sólo por una enfermedad cardiaca, sino también infecciosa o respiratoria.
El estudio relacionó asimismo el consumo de fibra con una disminución del riesgo de muertes por cáncer en los hombres, pero no en las mujeres, quizá debido a que los hombres tienen más posibilidades de morir de algún cáncer vinculado con la dieta, como el de esófago.
La conclusión es que el beneficio generalizado de las dietas altas en fibras procedentes de granos es que aumentan la fortaleza del organismo.
La mayoría de los estadounidenses no recibe suficiente fibra en sus dietas. El estadounidense promedio come a diario apenas unos 15 gramos de fibra, mucho menos que la recomendación actual diaria de 25 gramos para las mujeres y 38 para los hombres, o 14 gramos por cada 1.000 calorías.
Por ejemplo, una rebanada de pan ciento por ciento de trigo contiene entre dos y cuatro gramos de fibra.
En el nuevo estudio, las personas que siguieron las recomendaciones alimenticias tuvieron menos posibilidades de morir durante el periodo de análisis que se extendió por nueve años.
Los hombres y mujeres que consumieron la cantidad más alta de fibra tenían 22% de posibilidades menos de morir de alguna causa en comparación con quienes comieron menos fibra, dijo el autor y jefe del estudio, el médico Yikyung Park, del Instituto Nacional del Cáncer.
El estudio, divulgado en la publicación Archives of Internal Medicine, incluyó más de 388.000 adultos, de entre 50 y 71 años, y abarcó la dieta y salud.
El estudio fue realizado por la entidad Institutos Nacionales de Salud y la Asociación de Personas Jubiladas de Estados Unidos (AARP por sus siglas en inglés).
Los participantes llenaron un cuestionario entre 1995 y 1996 en el que se les preguntaba sobre sus hábitos alimenticios.
Se les preguntó la frecuencia con la que consumían 126 alimentos específicos. Después de más de nueve años, habían fallecido poco más de 31.000 de las personas consideradas en el estudio.
En la investigación, se utilizaron los archivos nacionales para determinar los nombres de los fallecidos y la causa de las muertes.
Los investigadores consideraron otros factores de riesgo como peso, nivel educativo, tabaquismo y condición de salud. No obstante, encontraron que los riesgos de muerte disminuían en las personas que comían más fibra.
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