Helena Rizzo esconde su esbelta figura tras una holgada chaqueta blanca y no da tregua a que su cabello ligeramente ondulado (suele tenerlo recogido con un turbante) enmarque las delicadas facciones de su rostro. Bien pudo hacer una carrera sobre las pasarelas, pero en vez de ello prefirió la cocina, un escenario en el que se desenvuelve como los mejores.
Nació en 1978 en Porto Alegre, la capital de Río Grande del Sur (Brasil).
Desde sus 14 años se desempeñó como modelo. A los 18 quiso ser arquitecta, pero abandonó sus estudios al notar que tenía mejores habilidades para la cocina, fue cuando decidió dejar la tierra de las buenas carnes y la hierbamate para irse a Sao Paulo a trabajar en la cocina de varios restaurantes reconocidos.
En el 2000, salió de su país en busca de nuevas experiencias. Vivió en Italia cinco meses y luego se fue a España por tres años, sumando, en ese tiempo, a su trayectoria ocho restaurantes famosos.
El más destacado, sin duda, fue El Celler de Can Roca, considerado el mejor restaurante del mundo. Estuvo viviendo en Barcelona un año antes de volver a Brasil en 2004. La siguió, un año más tarde, Daniel Redondo, el cocinero catalán que se convirtió en su pareja y con quien abrió el restaurante Maní el 2006, en la exclusiva zona gastronómica de Jardim Paulistano en São Paulo.
Ella cocina de noche, él de día (o viceversa). Según Helena “es mejor así”, quizá con la idea de no enfrentar dos egos en una misma cocina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario