En San Lorenzo existen familias íntegras que se dedican a la producción del rosquete como un medio de vida.
El rosquete es la muestra culinaria más tradicional de Tarija, sobre todo de la provincia Méndez.
Se prepara desde la llegada de los españoles quienes dejaron su legajo culinario en las tierras aborígenes, entre ellas el valle central de Tarija.
Cuenta la historia que en la época de los españoles el rosquete se preparaba sólo para ocasiones especiales. Se hicieron más populares y se enraizaron en el sur de lo que hoy es Bolivia. El valle sanlorenceño es el lugar donde se producen los más deliciosos rosquetes, según propios y extraños. Es una tradición que trasmite de generación en generación.
De acuerdo al profesor Ramiro Area, un mendeño cuya familia prepara este delicioso producto desde hace 25 años, el nombre de “rosquete” provine en realidad de la rosca, por su forma.
Tiene como ingredientes principales la clara de huevo, harina de trigo y singani cañazo, dejando de lado la manteca o la levadura que no se utiliza para nada.
“En realidad todos piensan que es de esta región la creación del rosquete, pero en realidad viene de tiempos pasados, desde la llegada de los españoles que simplemente hicieron que se convierta en una costumbre más de las muchas que al momento llevamos, porque fuimos colonizados por ellos”.
Pero aclaró que tampoco fueron los españoles los creadores del rosquete, sino que estos lo adaptaron y copiaron la tradición de los judíos, quienes son los verdaderos creadores de este dulce alimento, pues en aquellos tiempos los judíos sabían preparar los panes sin levadura y para hacerlos mas atractivos y como símbolo de la corona de Jesús decidieron hacer un roscón y con el tiempo lo llamaron rosquete.
“En el caso del rosquete no es originario de España, sino de los judíos y estos lo celebraban con el advenimiento del señor Jesús, por ello también lo de la pascua, que no era más que pan sin levadura transformado en algo verídico que era el rosquete”, comenta con una sonrisa.
Pero el rosquete tiene su leyenda católica
También se habla de una leyenda narrada por las personas de antaño, según la cual, un día llegaron los ángeles a Tarija y decidieron conocer más del valle florido. Entonces los ángeles se quitaron sus coronas y sus alas dejándolas en un lugar secreto. Una vez cumplido su recorrido, las buscaron y no las hallaron. Entonces decidieron pedirle un favor a una lugareña, y le pidieron que les haga unas coronas y unas alas. Ella comenzó con las alas que fueron las empanadas blanqueadas y la prosiguió con la corona que fue un rosquete.
(RECUADRO)
Una familia que lleva 25 años produciendo rosquetes
Una de las familias más antiguas en la elaboración de rosquetes es la familia Area, que cumple la tradición desde hace 25 años. A ello se dedican íntegramente los esposos Lucrecia Segovia y Ramiro Area, quienes comentan que para ellos es una fuente más de trabajo, explicando que en un inicio lo hacían por necesidad debido a que no contaban con recursos económicos y que con el transcurrir del tiempo los ayudó a salir adelante.
“Mire aunque no lo crea esto lo hicimos porque no teníamos dinero, yo y mi esposa, hasta que un día me dice mi esposa: yo se hacer rosquetes y que tal si probamos vendiendo, entonces yo le dije bueno y la primera vez no se vendía nada y nadie se mosqueaba por comprarnos, entonces dije, pondré un letrero y lo hice poniendo Rosquete a la Antigua, y desde ese día la gente comenzó a llenarse y se acababan nuestros rosquetes así que nos iba bien”.
Desde entonces este es el lugar preferido por la gente que llega a San Lorenzo en busca de rosquetes. Esto se debe a la calidad y el gusto artesanal con el que lo producen. Lo que hace que los más de 200 rosquetes elaborados semanalmente se acaben rápidamente.
“Nosotros no vendemos en la ciudad, sólo vendemos en este lugar y aunque no lo crea la gente viene y se nos acaba rápido. Existe gente que viene desde la ciudad, gente que llega desde Santa Cruz, Cochabamba, La Paz en fin, de todos lados, hasta argentinos y chinos que se llevan este producto, muchas veces acompañado del vino patero”.
La preparación de este rosquete, a diferencia de otros, es que se hornea a leña. La masa debe estar firme con las cantidades necesarias de huevo, singani y la harina, y a partir de ello se los cocina durante 20 minutos. Una vez conducido el proceso se prepara un batido de clara para blanquear el rosquete por encima.
El rosquete trascendió fronteras y se lo puede encontrar en ciudades como Cochabamba y Santa Cruz, e incluso en la República Argentina, pero por supuesto la receta la llevaron tarijeños que se mudaron a estos lugares.
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