De acuerdo a la concepción cristiana durante la Semana Santa se evoca la pasión, muerte y resurrección de Cristo. Es el momento más sobresaliente del calendario litúrgico.
Ahora bien, la pregunta es ¿qué relación tienen los iconos de la Pascua que hoy conocemos, tales como los huevos, las roscas y los conejos, con esta celebración?
La introducción de celebraciones folklóricas en la liturgia cristiana, no dejan de asombrarnos. Sin duda, de todas las costumbres pascuales, la más popular es la de los huevos de Pascua. La tradición de los huevos de Pascua surge de los antiguos egipcios, quienes en ocasiones muy especiales, regalaban huevos que eran decorados por ellos mismos con pintura, la cual obtenían de las plantas. El mejor regalo, resultaba ser el huevo que estuviera mejor pintado, el que era puesto como adorno en las casas.
Durante mucho tiempo, estuvo prohibido comer en Cuaresma; no solo carne, sino también huevos. Por eso, el día de Pascua, la gente corría a bendecir grandes cantidades de ellos, para comerlos en familia y distribuirlos como regalo, a vecinos y amigos.
¿Qué tiene que ver el conejo en todo esto?
El conejito como símbolo de Pascua tiene sus orígenes en Alemania para el año de 1500.
Las liebres y el conejo, eran los animales más fértiles que existían y siempre fueron los símbolos de la nueva vida durante la primavera.
Los primeros conejitos comestibles de Pascua, fueron hechos en Alemania a principios de 1800. Se elaboraban a base de pasteles y azúcar.
El uso de las cestas elaboradas de Pascua, vendría más adelante, mientras que la tradición del conejito de Pascua se esparcía en todo el mundo.
Huevos de Pascua
INGREDIENTES
1 kg. de chocolate cobertura de buena calidad
Glasé real para decorar (cant. necesaria)
Moldes de huevos de Pascua o figuras de Pascua
1 pincel de cerda fina, de 10 cm. de ancho
Confites, caramelos, chupetines
Azúcar impalpable (cant. necesaria)
PREPARACIÓN
Fundido del chocolate
Picar 800 grs. del chocolate cobertura en trozos medianos. Lleva a baño María. Mantener el fuego bien bajo para evitar que el chocolate se espese.
Dejar sobre el fuego durante 4 min. aprox. revolviendo sin parar a una temperatura de 39 a 45 grados.
Si se endurece el chocolate al probarlo quiere decir que ya está en su punto. Se retira del fuego y se agrega los 200 grs. restantes del chocolate reservado, revolviendo constantemente hasta que todo esté disuelto.
Vaciar en un molde escogido para la ocasión y decorar usando glasé real en distintos colores, haciendo dibujos al gusto de cada persona.
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